(No me gustó, me encantó) ^_^
Cuando acabaron de comer, las brasas de la hoguera calentaban el aire invitando a la calma y al sosiego. Unai, la barbilla apoyada en ambas manos escucha con suma atención las palabras de su amigo. El pelaje de sus extremidades inferiores se habían secado con el fuego y tenían un brillo y tacto delicioso. El fauno, tendido de espaldas sobre la hierba, tenía cruzadas las piernas y entre el sedoso vello de sus ingles y poblados muslos, apenas podía esconder sus abultados genitales. No estaba excitado, simplemente era un hermoso semental en estado de reposo.
Cogió la flauta e hizo sonar una preciosa melodía que al omega le resultó la música más sublime que jamás había oíd: https://www.youtube.com/watch?v=OOO4ROO_sPM Los habitantes del bosque guardaron silencio cuando oyeron los acordes de la flauta mágica. Unai no pudo resistir la tentación de echarse sobre el torso del fauno para abrazarlo hasta que su amigo se quedó plácidamente dormido.
El sumiso acariciaba el cabello negro del macho Alfa y jugaba con sus tirabuzones, le dibujaba letras y signos los pectorales que el fauno no llegaba a descifrar. Los dos reían.
Unai se incorporó de un asalto:
- Oídme todos, criaturas y habitantes del bosque: mi amigo va a dormir durante unos minutos. Es "la sagrada siesta del fauno"así que manteneos en silencio y respetad su tiempo de descanso si no queréis despertar su ira y furia por todos conocida.
A continuación, se acurrucó entre los fuertes brazos de su amigo buscando calor y protección. Al pastorcillo le calmaba la fuerte respiración del Alfa y el latido del corazón en aquel amplio pecho que sonaba como el galopar de un potro salvaje. No era tiempo para pensar por qué sucedían las cosas, era tiempo para "sentir", pensó Unai.
Al poco tiempo se quedó dormido él también en los brazos de su amigo.
Le despertó una sensación húmeda entre sus muslos, quedó inmóvil durante unos segundos hasta tomar consciencia de lo que sucedía: El fauno que aún dormía profundamente sufría una potente erección. Su verga palpitaba al ritmo de su respiración entre los muslos imberbes y cálidos del omega muy cerca de su virginal agujero. El pene del macho parecía un gigantesco estambre de un flor y el rosado orificio del chico las alas de una mariposa atraída por el polen y el néctar. Unai sintió cómo sus pezones se endurecieron y de nuevo apareció esa "extraña fiebre" de los días pasados. Deslizó su mano derecha por detrás de su espalda hasta llegar a sus apretadas y carnosa nalgas. Le hubiese encantado palpar, sólo rozar la masculinidad del fauno con la punta de sus dedos pero temió despertarle... lo que sí hizo fue comprobar la densidad y textura de aquel fluido preseminal que el falo de su amigo no cesaba de derramar sobre sus muslos. recogió una pequeña muestra y la llevó a sus labios para saborearla... aquel néctar sabía realmente delicioso. Chupó sus dedos hasta no dejar ni una gota. ¿Qué estoy haciendo? se preguntó. Le resultó muy extraño su comportamiento pero de alguna manera su fiebre se calmó.
_______________________________________________
Cuando su amigo despertó se la siesta, Unai estaba preparando un té de hierbas con miel
- Hola, dormilón... ¿has descansado bien? tómate esto para reponer fuerzas.
Rheiki no entendió lo de "reponer fuerzas", con su rostro contaminado aún de sueño bostezó y aceptó con una sonrisa la taza humeante que le ofreció el sumiso.
Se desató una fuerte tormenta (Es que está lloviendo con fuerza ahora mismo jeje) que ternimó por apagar la hoguera. Ambos corrieron entre gritos y risas a refugiarse bajo un árbol de tupidas ramas.
- Ufffffff, qué frío, Rheiki! - se refugió de nuevo entre los brazos del fauno- qué calentito y a gusto se está aquí amigo mío.
Fue en ese espacio de tiempo bajo la lluvia, cuando Rheiki le habló a Unai acerca de las diferentes criaturas que poblaban los bosques: centauros, ninfas, elfos, enanos, orcos y demás seres magicos y misteriosos. El pastorcillo quedó embobado con las cosas que su amigo le relataba, por eso no lo dudó ni un instante cuando Le preguntó si le gustaría ir a visitar el lugar donde podía conocer a algunos de estos seres.
- Sí, por favor! me encantaría-
El fauno montó a su chico sobre su espalda y al cabo de media hora llegaron a un claro del bosque. Cuando se acercaron al lugar donde peleaban amistosamente un centauro y un orco, Rheiki condujo a su chico de la mano como un niño.
Unai, al principio, se asustó cuando vio tan de cerca a esas criaturas mitológicas y se abrazó a la cintura de su Alfa, enterrando su cabeza entre las peludas piernas del macho. Luego, reaccionó educadamente y le tendió la mano a Andreas y Volthur
- Mucho gusto en conocerles.
Unai se sintió muy pequeño entre aquellos machos tan grandes y espectaculares, se aferró aún con más fuerza a la cintura de su amigo en busca de calor y protección.
(Me gustó mucho la música. La volveré a escuchar esta noche antes de dormir) I <3 U
Cuando acabaron de comer, las brasas de la hoguera calentaban el aire invitando a la calma y al sosiego. Unai, la barbilla apoyada en ambas manos escucha con suma atención las palabras de su amigo. El pelaje de sus extremidades inferiores se habían secado con el fuego y tenían un brillo y tacto delicioso. El fauno, tendido de espaldas sobre la hierba, tenía cruzadas las piernas y entre el sedoso vello de sus ingles y poblados muslos, apenas podía esconder sus abultados genitales. No estaba excitado, simplemente era un hermoso semental en estado de reposo.
Cogió la flauta e hizo sonar una preciosa melodía que al omega le resultó la música más sublime que jamás había oíd: https://www.youtube.com/watch?v=OOO4ROO_sPM Los habitantes del bosque guardaron silencio cuando oyeron los acordes de la flauta mágica. Unai no pudo resistir la tentación de echarse sobre el torso del fauno para abrazarlo hasta que su amigo se quedó plácidamente dormido.
El sumiso acariciaba el cabello negro del macho Alfa y jugaba con sus tirabuzones, le dibujaba letras y signos los pectorales que el fauno no llegaba a descifrar. Los dos reían.
Unai se incorporó de un asalto:
- Oídme todos, criaturas y habitantes del bosque: mi amigo va a dormir durante unos minutos. Es "la sagrada siesta del fauno"así que manteneos en silencio y respetad su tiempo de descanso si no queréis despertar su ira y furia por todos conocida.
A continuación, se acurrucó entre los fuertes brazos de su amigo buscando calor y protección. Al pastorcillo le calmaba la fuerte respiración del Alfa y el latido del corazón en aquel amplio pecho que sonaba como el galopar de un potro salvaje. No era tiempo para pensar por qué sucedían las cosas, era tiempo para "sentir", pensó Unai.
Al poco tiempo se quedó dormido él también en los brazos de su amigo.
Le despertó una sensación húmeda entre sus muslos, quedó inmóvil durante unos segundos hasta tomar consciencia de lo que sucedía: El fauno que aún dormía profundamente sufría una potente erección. Su verga palpitaba al ritmo de su respiración entre los muslos imberbes y cálidos del omega muy cerca de su virginal agujero. El pene del macho parecía un gigantesco estambre de un flor y el rosado orificio del chico las alas de una mariposa atraída por el polen y el néctar. Unai sintió cómo sus pezones se endurecieron y de nuevo apareció esa "extraña fiebre" de los días pasados. Deslizó su mano derecha por detrás de su espalda hasta llegar a sus apretadas y carnosa nalgas. Le hubiese encantado palpar, sólo rozar la masculinidad del fauno con la punta de sus dedos pero temió despertarle... lo que sí hizo fue comprobar la densidad y textura de aquel fluido preseminal que el falo de su amigo no cesaba de derramar sobre sus muslos. recogió una pequeña muestra y la llevó a sus labios para saborearla... aquel néctar sabía realmente delicioso. Chupó sus dedos hasta no dejar ni una gota. ¿Qué estoy haciendo? se preguntó. Le resultó muy extraño su comportamiento pero de alguna manera su fiebre se calmó.
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Cuando su amigo despertó se la siesta, Unai estaba preparando un té de hierbas con miel
- Hola, dormilón... ¿has descansado bien? tómate esto para reponer fuerzas.
Rheiki no entendió lo de "reponer fuerzas", con su rostro contaminado aún de sueño bostezó y aceptó con una sonrisa la taza humeante que le ofreció el sumiso.
Se desató una fuerte tormenta (Es que está lloviendo con fuerza ahora mismo jeje) que ternimó por apagar la hoguera. Ambos corrieron entre gritos y risas a refugiarse bajo un árbol de tupidas ramas.
- Ufffffff, qué frío, Rheiki! - se refugió de nuevo entre los brazos del fauno- qué calentito y a gusto se está aquí amigo mío.
Fue en ese espacio de tiempo bajo la lluvia, cuando Rheiki le habló a Unai acerca de las diferentes criaturas que poblaban los bosques: centauros, ninfas, elfos, enanos, orcos y demás seres magicos y misteriosos. El pastorcillo quedó embobado con las cosas que su amigo le relataba, por eso no lo dudó ni un instante cuando Le preguntó si le gustaría ir a visitar el lugar donde podía conocer a algunos de estos seres.
- Sí, por favor! me encantaría-
El fauno montó a su chico sobre su espalda y al cabo de media hora llegaron a un claro del bosque. Cuando se acercaron al lugar donde peleaban amistosamente un centauro y un orco, Rheiki condujo a su chico de la mano como un niño.
Unai, al principio, se asustó cuando vio tan de cerca a esas criaturas mitológicas y se abrazó a la cintura de su Alfa, enterrando su cabeza entre las peludas piernas del macho. Luego, reaccionó educadamente y le tendió la mano a Andreas y Volthur
- Mucho gusto en conocerles.
Unai se sintió muy pequeño entre aquellos machos tan grandes y espectaculares, se aferró aún con más fuerza a la cintura de su amigo en busca de calor y protección.
(Me gustó mucho la música. La volveré a escuchar esta noche antes de dormir) I <3 U