03-14-2017, 09:12 PM
(Me alegro!) ;)
Mientras abrazaba el inminente abrazo de Morfeo, el alfa noto al fondo con gran deleite la ferocidad de su amigo para proteger su descanso. Esto no fallo en robarle una sonrisa al fauno, abrazando fuertemente a su amigo mientras sus cuerpos se tocaban en la más libre inocencia. - Gracias protector - Murmuro.
Al poco tiempo, Rheiki se ve atrapado en un maizal. Una desnuda figura de tersa piel y redondas nalgas de repente corre a su lado. La cabellera roja que lleva no deja ver su cara pero al descubierto queda su rosado ano, seductor y tierno al mismo tiempo. El macho corre detrás de el, perdido en su ignorancia y más profundos deseos. Sabe que su verga esta erecta, dejando un fuerte rastro de olor por donde pasa. Al final, atrapa a esa angelical figura en sus brazos, besando su cuello y disponiéndose a montarla para plantar su semilla, cuando de repente.... despierta. Todo fue un sueño que por lo visto, su amigo no noto. Rheiki apresurado examino su miembro, dando un suspiro al ver que no estaba erecto en frente de su precioso Unai. Por supuesto que no sabe de la salada prueba que tomo su amigo en la virginal boca que porta unos minutos antes.
En fin, el salvaje recibió con cara confundida el te, agradeciendo al chico e inconscientemente rascando sus bolas. Al notar lo que hacia, se disculpo, recibiendo una brillante sonrisa en vez de una cara tímida. - Que genial eres amiguito -
---------------------------------
Viendo como el omega busco protección en el, Rheiki gruño suavemente, complacido con tal cercanía.
- Y como es que "cuernos flojos" se hizo amigo de tan bello pastor, ah? - pregunto Volthur, alzando al chico en brazos después de que este diera su permiso.
- Otra vez con lo de cuernos flojos. Vol', cuando aprenderás que los cuernos determinan a un alfa y no los colmillos? -
- Claro colega, claro - Respondió el orco sarcásticamente, sentando a Unai cerca del fuego.
- Cálmense señoritas, no hay porque pelear con nuestro invitado aquí presente. Ademas, todos saben que un cuerpo de semental es lo que hace a un alfa.
Todos compartieron un silencio extraño antes de desmoronarse en carcajadas. Los tres machos abrazándose rudamente y por fin vistiéndose propiamente. Bueno, si se le puede llamar vestir al simple chaleco de cuero que uso Andreas y el taparrabos largo en el que encajo Volthur. Eso sin mencionar que el mojado cobertor del fauno escurría y dejaba ver su sexo en ocasiones, enrojeciendo al chico.
- Bueno Unai. Estos dos no pasan mucho tiempo por nuestros lares pero no dudes en que te protegerán y darán de comer si lo necesitas, cierto muchachos? -
"Claro" dijeron en unisono, felices de ver como "cuernos flojos" parece haber conseguido un amigo estable.
...
Paso el tiempo y los cuatro rieron con historias de caza y encuentros con otras criaturas.
- Unai, debiste ver a Rheiki ese dia. Ese espíritu del fuego casi le quema todo el pelaje - Dijo Andreas en una fuerte risa mientras el flautista calentaba al omega entre sus piernas, recordando ese gracioso día.
- No le creas príncipe. Fue solo ... un fuego menor. -
- Fuego menor mis bolas. Después de ese día juraste no volver al Valle de las Calateas salvajes - Escupió Volthur, robandole a Unai una bella expresión.
...
Mientras abrazaba el inminente abrazo de Morfeo, el alfa noto al fondo con gran deleite la ferocidad de su amigo para proteger su descanso. Esto no fallo en robarle una sonrisa al fauno, abrazando fuertemente a su amigo mientras sus cuerpos se tocaban en la más libre inocencia. - Gracias protector - Murmuro.
Al poco tiempo, Rheiki se ve atrapado en un maizal. Una desnuda figura de tersa piel y redondas nalgas de repente corre a su lado. La cabellera roja que lleva no deja ver su cara pero al descubierto queda su rosado ano, seductor y tierno al mismo tiempo. El macho corre detrás de el, perdido en su ignorancia y más profundos deseos. Sabe que su verga esta erecta, dejando un fuerte rastro de olor por donde pasa. Al final, atrapa a esa angelical figura en sus brazos, besando su cuello y disponiéndose a montarla para plantar su semilla, cuando de repente.... despierta. Todo fue un sueño que por lo visto, su amigo no noto. Rheiki apresurado examino su miembro, dando un suspiro al ver que no estaba erecto en frente de su precioso Unai. Por supuesto que no sabe de la salada prueba que tomo su amigo en la virginal boca que porta unos minutos antes.
En fin, el salvaje recibió con cara confundida el te, agradeciendo al chico e inconscientemente rascando sus bolas. Al notar lo que hacia, se disculpo, recibiendo una brillante sonrisa en vez de una cara tímida. - Que genial eres amiguito -
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Viendo como el omega busco protección en el, Rheiki gruño suavemente, complacido con tal cercanía.
- Y como es que "cuernos flojos" se hizo amigo de tan bello pastor, ah? - pregunto Volthur, alzando al chico en brazos después de que este diera su permiso.
- Otra vez con lo de cuernos flojos. Vol', cuando aprenderás que los cuernos determinan a un alfa y no los colmillos? -
- Claro colega, claro - Respondió el orco sarcásticamente, sentando a Unai cerca del fuego.
- Cálmense señoritas, no hay porque pelear con nuestro invitado aquí presente. Ademas, todos saben que un cuerpo de semental es lo que hace a un alfa.
Todos compartieron un silencio extraño antes de desmoronarse en carcajadas. Los tres machos abrazándose rudamente y por fin vistiéndose propiamente. Bueno, si se le puede llamar vestir al simple chaleco de cuero que uso Andreas y el taparrabos largo en el que encajo Volthur. Eso sin mencionar que el mojado cobertor del fauno escurría y dejaba ver su sexo en ocasiones, enrojeciendo al chico.
- Bueno Unai. Estos dos no pasan mucho tiempo por nuestros lares pero no dudes en que te protegerán y darán de comer si lo necesitas, cierto muchachos? -
"Claro" dijeron en unisono, felices de ver como "cuernos flojos" parece haber conseguido un amigo estable.
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Paso el tiempo y los cuatro rieron con historias de caza y encuentros con otras criaturas.
- Unai, debiste ver a Rheiki ese dia. Ese espíritu del fuego casi le quema todo el pelaje - Dijo Andreas en una fuerte risa mientras el flautista calentaba al omega entre sus piernas, recordando ese gracioso día.
- No le creas príncipe. Fue solo ... un fuego menor. -
- Fuego menor mis bolas. Después de ese día juraste no volver al Valle de las Calateas salvajes - Escupió Volthur, robandole a Unai una bella expresión.
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