03-19-2017, 01:45 PM
(Y yo no paro de sudar con este relato)
- Más te deseo yo dulce príncipe. Seras un buen omega para tu alfa, no hay duda - Susurro eroticamente el fauno al recibir las palabras de su sumiso, deleitándose sin limite con las sensaciones que experimentaba su verga al tacto de tan gentiles manos. Sin vergüenza permitía un abundante flujo pre-seminal brotar de sus viriles gónadas, al estilo de un macho cabrio siguiendo a su compañero en celo.
Cuando Unai descendió, Rheiki suavemente acaricio su rojiza cabellera, sonriendo y alentando al chico para dejar de lado las formalidades. - No temas Unai, lleva mi sexo a tus labios. Compartamos el placer de dos amantes, embriagándonos en el otro - dijo en una voz grave mientras su trasero liberaba almizcle en el aire. Fue entonces cuando sintió ese par de tiernos músculos besar su falo, llevándolo cerca del clímax. No porque ese gesto haya sido lo más excitante del encuentro (Créanme, con los actos que los enamorados perpetuaran no han visto nada), sino porque estaba cargado de pureza, como una promesa de lealtad y afecto hasta en los momentos más amenos.
El chico empezó tímido con el cálido miembro, degustandolo en únicas formas. Para mayor diversión, el alfa tomo asiento en el pedestal donde pronto consumarían su amor, abriendo sus piernas y dejando a la vista su ano, casi cubierto por sus masivos testículos. - Tu decides donde quieres explorar mi príncipe. Te entrego mi cuerpo para que sacies tu hambre. - Olfateo sus propias axilas con el fin de robarle aun mas suspiros a su.... admitamoslo, prometido.
- ¿No es desagradable para ti amor? -
...
- Más te deseo yo dulce príncipe. Seras un buen omega para tu alfa, no hay duda - Susurro eroticamente el fauno al recibir las palabras de su sumiso, deleitándose sin limite con las sensaciones que experimentaba su verga al tacto de tan gentiles manos. Sin vergüenza permitía un abundante flujo pre-seminal brotar de sus viriles gónadas, al estilo de un macho cabrio siguiendo a su compañero en celo.
Cuando Unai descendió, Rheiki suavemente acaricio su rojiza cabellera, sonriendo y alentando al chico para dejar de lado las formalidades. - No temas Unai, lleva mi sexo a tus labios. Compartamos el placer de dos amantes, embriagándonos en el otro - dijo en una voz grave mientras su trasero liberaba almizcle en el aire. Fue entonces cuando sintió ese par de tiernos músculos besar su falo, llevándolo cerca del clímax. No porque ese gesto haya sido lo más excitante del encuentro (Créanme, con los actos que los enamorados perpetuaran no han visto nada), sino porque estaba cargado de pureza, como una promesa de lealtad y afecto hasta en los momentos más amenos.
El chico empezó tímido con el cálido miembro, degustandolo en únicas formas. Para mayor diversión, el alfa tomo asiento en el pedestal donde pronto consumarían su amor, abriendo sus piernas y dejando a la vista su ano, casi cubierto por sus masivos testículos. - Tu decides donde quieres explorar mi príncipe. Te entrego mi cuerpo para que sacies tu hambre. - Olfateo sus propias axilas con el fin de robarle aun mas suspiros a su.... admitamoslo, prometido.
- ¿No es desagradable para ti amor? -
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