[DarkAurion98]

El fauno, después de asimilar el hecho de estar desnudo y sudoroso frente a la madre, la abrazo tiernamente mientras Unai quedaba apretado entre los dos. - De verdad me cediste la mano de un ser precioso mujer. Te importa si... te llamo madre también - Pregunto en un tono tranquilo pero sin cruzar mirada. Cuando Ruth lo aprobó, la incorporo en sus brazos suavemente y la cubrió con su calor y esencia de macho, despojándola del frió nocturno. - Mil gracias, madre -

Posteriormente, tras saludar a ogro y centauro, Rheiki beso la mano de su ángel y lo subió a su espalda. - Vamos colega, ves esas manzanas casi doradas alli arriba. Atrapalas por mi por favor! - Alentaba a su chico, gozando a carcajadas con las palabras pronunciadas de una celestial boca. Al mayor gusto recibía los frutos que el sumiso con facilidad recogía, postrando sus macizas pezuñas firmemente en el suelo. Sin duda, parecian esos dos colegas que se conocieron hace una semana en la promesa de una amistad duradera.

Entre risas y cosquillas, el alfa acostó a su omega encima de el, ambos desnudos y gloriosos. Fácilmente encontró su flauta e invito a los tres "intrusos" cerca de una nueva hoguera, creada en el centro del circulo.

- Ya que agradecemos a los dioses y la madre tierra hoy, porque no se desnudan también?. Solo si asi lo desean claro - Invito el cornudo mientras suavemente le ocasionaba cosquillas a Unai, jugo dulce de la fruta dorada derramándose de sus labios, succionados por el pequeño. - Mi ángel, fuiste tan valiente. Tus movimientos no tienen palabras para describirlos - Le susurraba al oído, ya sin importarle que la madre los viera.

Ante la proposicion de piel descubierta, Ruth se mostró confundida y dudosa hasta el momento en que Volthur caballerosamente se arrodillo frente a ella, tomando su mano. - No debe temer reina del campo. Se que estar rodeada de machos como... nosotros puede ser intimidante pero no le haremos daño alguno. La desnudez puede ser algo muy bello y nos gustaría compartirlo con usted - Dijo besandole la mano.

Sobrevino un momento de silencio que Andreas aprovecho traviesamente. - Pues, no se ustedes pero, técnicamente yo ya estoy desnudo - Otro segundo de silencio y cejas levantadas previno el mar de risa que broto de todos. - ¿ De que se ríen? Es la verdad, este chaleco solo cubre mi pecho y nada mas- Fingía el seriamente.

- Gracias por declarar lo obvio genio - Bromeo Rheiki, tocando una acelerada melodía que invitaba al baile. Entre los olores y la caricia musical a sus oídos, la hembra no se resistió más. Se desprendió de su túnica blanca, exponiendo sus redondos senos, tersos, una vez fuente de alimento para el confidente del dios Pan. Su cara no evito una coloratura rojiza, extendida a brazos y vientre.

Para el centauro fue algo increíble, pero su atención estaba en beber aguamiel con la pareja de humano y fauno. El ogro por su cuenta, no podía salir del asombro, quitándose el taparrabos lentamente y mostrando la mojada punta de su pene. - Usted disculpe princesa. Eh, le gustaría, sentarse conmigo? - Para sorpresa del salvaje, la madre acepto, huyendo a la baja temperatura de la noche, disfrutando la velada en los brazos del orco.

- Que piensas de la oferta de vivir con nosotros madre? Nos encantaría tenerte cerca y mostrarte las maravillas del bosque. Tiene, un encanto especial - Pregunto Rheiki alimentando a su cabrito.

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(Si te molesta que haya usado a Ruth lo puedo editar . No podría sugerirte música ni escenarios sino fuera por los aportes que haces a esta historia dulce humano. Creo que el link que te mande en mi post anterior es perfecto para esta escena)