03-26-2017, 06:15 PM
Las cosquillas fueron bien recibidas por el fauno, conmovido de que su omega disfrutara incluso del olor y sonido de sus gases. El fuerte ritmo atenuaba el fuego pero las hogueras en los corazones de los presentes solo se salían de control. Ver a la sensual mujer y su angelical hijo bailar producía en los alfas una sensación nueva. Una marea con dulce fragancia los envolvió, creando un constante sudor y una actitud feroz pero fraternal. Extrañamente, sus enormes y pestilentes vergas no reaccionaron de inmediato.
Rheiki acepto con gusto la invitación de su suegra, tomándola en brazos y dando vueltas con ella por un momento mientras Unai reía y se montaba en el lomo de Andreas. Este, ya menos ruborizado por el comentario de Ruth, corrió con el pequeño alrededor de la fogata, gritando y bebiendo en un estado de gozo. El emisario cornudo bailaba alrededor de la mujer, golpeando con sus macizas pezuñas la superficie forestal. Tierra y polvo volaban con cada pisada, flauta sonando hipnoticamente y llevando los invitados a un punto extremadamente cercano de orgia. Por supuesto, su cuerpo ahora pertenecía únicamente al humano de su vida, pero no se responsabiliza de lo que los otros tres puedan hacer. Lo único que registra ahora es que Andreas lo sorprende con un abrazo fuerte, otro sorbo de hidromiel. El chico travieso de sus sueños se agacha y explora su masculino trasero, degustando a su alfa.
- Oh Unai, mi pequeño - Disfruto como la rosada lengua exploraba sus entrañas mientras Volthur y Andreas volcaban su atención sobre la damisela. Fue entonces cuando se le ocurrió una idea.
- A ver todos, parad por favor y venid - Invito mientras alejaba a su amante de su trasero. - My angel, I'm going to paint your skin with my tribe marks. Want you to embrace our wild side, want you to show me how you are the balance between a motherly light and a manly protector, Unai my sweet boy - Pronuncio el fauno suavemente besando mejillas y labios, invadiendo de nuevo con su lengua la aun inocente boca del chico. Para el, Unai se merecía escuchar su lenguaje nórdico todos los días.
...
Todos se reunieron en un semicírculo. Usando un pequeño recipiente de madera cobre, Rheiki reunió bayas y hojas secas. Cuando una mezcla pastosa surgió, destrozo en pedazos sin esfuerzo alguno una de las manzanas doradas. Su translucido jugo impregnaba el liquido. Los dos sumisos presentes no entendían la situación, pero los salvajes si. Centauro y ogro hicieron lo mismo en otro recipiente, sonriendo calidamente a madre e hijo.
- Amor, ven acá - Llamo Rheiki a Unai, haciéndolo arrodillarse. Para finalizar, el fauno acaricio la punta de su carnoso glande, uniendo una gota de orina con una de semen. Acto seguido, introdujo la mano en el liquido, pasando a dibujar diversos símbolos en su cuerpo.
En la frente, un circulo fundido con una linea curva. En los brazos, diversos trazos ondulados. En su vientre, la figura de un árbol con ramas curvadas, simulando un útero. - Mio. Mi omega. Mi luz - Declaro orgulloso el macho cabrio.
Tras crear su mezcla, los otros machos marcaron con esperma y orina la pintura natural, acariciando eroticamente a la mujer que suspiraba complacida. Múltiples círculos adornaban sus senos, lineas apuntando a su vagina. - Esta noche, eres nuestra hembra, si así lo deseas - Le susurro el ogro al oído mientras el centauro dejaba acariciar su enorme falo. Ya se podrán imaginar la respuesta que dio la dama, cuando quince minutos después, saboreada "castamente" unas pesadas gónadas de tauro mientras Volthur la penetraba gustosamente.
Las horas pasaron. El macho cabrio tenia impalado a su humano para mantener su interior caliente, riendo con los tímidos eructos que daba. - Oh mi rey. La hidromiel no te cayo bien. Estas un poco ebrio, no es así? - Pregunto con una atenuada carcajada mientras el chico respondía. - Tu tambien estas ebrio, "colega" -
Los otros tres después de su faena de sexo, volvieron a reunirse con la pareja, unidos como una familia, resguardándose del frió, admirando las constelaciones e ignorando al podre intento de alfa observándolos, desconociendo las consecuencias.
-------------------------
La mañana llego. El fauno se levanto en silencio con su amado, cargándolo hasta un árbol cercano. Aun bostezando, ambos soltaron sus meadas a lado y lado, disfrutando de este momento masculino, marcando territorio. - ¿Dormiste bien colega? ¿No te lastime anoche? -
...
(El video del link que me mandaste lo había visto antes! :P Me encanta esa tonada, gracias por sugerirla. Sinceramente, cada día me encuentro más y más sumergido en esta historia. Una mañana despertare con cuernos y pezuñas en un bosque, persiguiéndote y bailando contigo dulce humano
)
Rheiki acepto con gusto la invitación de su suegra, tomándola en brazos y dando vueltas con ella por un momento mientras Unai reía y se montaba en el lomo de Andreas. Este, ya menos ruborizado por el comentario de Ruth, corrió con el pequeño alrededor de la fogata, gritando y bebiendo en un estado de gozo. El emisario cornudo bailaba alrededor de la mujer, golpeando con sus macizas pezuñas la superficie forestal. Tierra y polvo volaban con cada pisada, flauta sonando hipnoticamente y llevando los invitados a un punto extremadamente cercano de orgia. Por supuesto, su cuerpo ahora pertenecía únicamente al humano de su vida, pero no se responsabiliza de lo que los otros tres puedan hacer. Lo único que registra ahora es que Andreas lo sorprende con un abrazo fuerte, otro sorbo de hidromiel. El chico travieso de sus sueños se agacha y explora su masculino trasero, degustando a su alfa.
- Oh Unai, mi pequeño - Disfruto como la rosada lengua exploraba sus entrañas mientras Volthur y Andreas volcaban su atención sobre la damisela. Fue entonces cuando se le ocurrió una idea.
- A ver todos, parad por favor y venid - Invito mientras alejaba a su amante de su trasero. - My angel, I'm going to paint your skin with my tribe marks. Want you to embrace our wild side, want you to show me how you are the balance between a motherly light and a manly protector, Unai my sweet boy - Pronuncio el fauno suavemente besando mejillas y labios, invadiendo de nuevo con su lengua la aun inocente boca del chico. Para el, Unai se merecía escuchar su lenguaje nórdico todos los días.
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Todos se reunieron en un semicírculo. Usando un pequeño recipiente de madera cobre, Rheiki reunió bayas y hojas secas. Cuando una mezcla pastosa surgió, destrozo en pedazos sin esfuerzo alguno una de las manzanas doradas. Su translucido jugo impregnaba el liquido. Los dos sumisos presentes no entendían la situación, pero los salvajes si. Centauro y ogro hicieron lo mismo en otro recipiente, sonriendo calidamente a madre e hijo.
- Amor, ven acá - Llamo Rheiki a Unai, haciéndolo arrodillarse. Para finalizar, el fauno acaricio la punta de su carnoso glande, uniendo una gota de orina con una de semen. Acto seguido, introdujo la mano en el liquido, pasando a dibujar diversos símbolos en su cuerpo.
En la frente, un circulo fundido con una linea curva. En los brazos, diversos trazos ondulados. En su vientre, la figura de un árbol con ramas curvadas, simulando un útero. - Mio. Mi omega. Mi luz - Declaro orgulloso el macho cabrio.
Tras crear su mezcla, los otros machos marcaron con esperma y orina la pintura natural, acariciando eroticamente a la mujer que suspiraba complacida. Múltiples círculos adornaban sus senos, lineas apuntando a su vagina. - Esta noche, eres nuestra hembra, si así lo deseas - Le susurro el ogro al oído mientras el centauro dejaba acariciar su enorme falo. Ya se podrán imaginar la respuesta que dio la dama, cuando quince minutos después, saboreada "castamente" unas pesadas gónadas de tauro mientras Volthur la penetraba gustosamente.
Las horas pasaron. El macho cabrio tenia impalado a su humano para mantener su interior caliente, riendo con los tímidos eructos que daba. - Oh mi rey. La hidromiel no te cayo bien. Estas un poco ebrio, no es así? - Pregunto con una atenuada carcajada mientras el chico respondía. - Tu tambien estas ebrio, "colega" -
Los otros tres después de su faena de sexo, volvieron a reunirse con la pareja, unidos como una familia, resguardándose del frió, admirando las constelaciones e ignorando al podre intento de alfa observándolos, desconociendo las consecuencias.
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La mañana llego. El fauno se levanto en silencio con su amado, cargándolo hasta un árbol cercano. Aun bostezando, ambos soltaron sus meadas a lado y lado, disfrutando de este momento masculino, marcando territorio. - ¿Dormiste bien colega? ¿No te lastime anoche? -
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(El video del link que me mandaste lo había visto antes! :P Me encanta esa tonada, gracias por sugerirla. Sinceramente, cada día me encuentro más y más sumergido en esta historia. Una mañana despertare con cuernos y pezuñas en un bosque, persiguiéndote y bailando contigo dulce humano
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