(No lamentes nada, juega con mi personaje cuando te apetezca. Eres mi Alfa y me gusta sentir que eres mi Alfa. Además, me encanta cómo manejas los hilos de la trama, lo haces de manera magistral. Me pareció genial el aporte de los sueños y pesadillas. Más que el drama en sí, lo que apasiona es que los personajes tengan dudas y nos sorprendan con sus reacciones y decisiones. :) Mi querido fauno tenemos la posibilidad de viajar y conocer países y paisajes maravillosos, tratar con seres impresionantes, disfrutar de nuestra amistad y de nuestros cuerpos, no quiero soltarme de tu mano en este viaje. Me gustas mucho y disfruto a tu lado) :D
Rheiki echó el brazo por encima del hombro de su amigo después de atar a Belver al árbol. Aunque el sumiso no le dijo nada de lo acontecido, el fauno intuyó que algo raro pasaba, notaba que su Bro del alma temblaba de frío y una sombra de duda oscurecía sus claros ojos. Unai reprimió sus ganas de llorar, su mente estaba confusa y agitada pero amaba desesperadamente a su amigo, a su Alfa, a su macho y no deseaba preocuparlo. Se detuvo un momento y hundió su cabeza entre las axilas del fauno para impregnarse de su olor para sentir que sólo le pertenecía a él, deseando que ese aroma tan masculino y potente borrase aquellos malos pensamientos.
Cuando entraron en la cueva que Unai había acomodado con tanto cuidado y amor para su amante, no fue capaz de comer nada, sin embargo. Tenía algunas décimas de fiebre y sentía frío. Rheiki lo acunó entre sus brazos hasta que el muchacho quedó dormido.
Una horrible pesadilla le despertó. Se abrazó a Rheiki quien le miraba con expresión de preocupación y extrañeza. Unai se abrazó al cuello de su Bro y no pudo reprimir el llanto por tanto tiempo reprimido. Se palpó el vientre y lo notó ligeramente hinchado, una pequeña flor como un nenúfar minúsculo nadaba en medio de sus aguas interiores perfumando sus entrañas y cubriendo de amor y ternura su corazón. Aquel era un amor distinto el que le provocaba aquel precioso nenúfar recién despierto... un amor que hacía desear, querer, y admirar aún más a su hombre, al dueño de aquella semilla que había hecho posible el milagro.
Unai tomó la mano del fauno y la colocó sobe su vientre...
- Perdóname si ves que mis ojos se humedecen, no te preocupes, es por la emoción. No cabe duda que tu semilla ha germinado con fuerza .Mi madre tenía razón cuando me lo confirmó esta mañana al echarme miel sobre los pezones... "estás preñado, hijo mío" me dijo. ¡Me siento tan orgulloso de ti, Rheiki! te amo tanto!
Se abrazaron de nuevo. Esta vez, fue Unai quien calmó a su macho posando su sien en la de su amigo para provocarle una música envolvente y sensual. Un verdadero omega siempre sabe ser "el perfecto "reposo del guerrero" para el hombre al que ama y admira.
https://www.youtube.com/watch?v=efra1YeB_cM
https://www.youtube.com/watch?v=DcFpvolR...Ikr-RcQ4l0
.......................................................................................................
En la cueva contigua, Ruth celebraba también su estado de buena esperanza junto a sus Alfas, ambos, Orco y centauro, habían fecundado dos óvulos, cada uno con sus genes, el vientre de la mujer. Con lo cual, Ruth estaba embarazada de gemelos. Unai oyó risas y gemidos de placer provenientes de la vecina gruta, sin duda estaban celebrando tan feliz acontecimiento. Madre e hijo por cuyos vientres sanos y fértiles circulaba la misma sangre nórdica, fueron fecundados al unísono aquella noche de nupcias. El adolescente tenía la absoluta seguridad de que el fauno era su único "seeder", pero..... ¿Y Ruth? ¿podría ella estar tan segura de quien o quienes la habían inseminado?
Unai dejó a su amante dormido entre las cálidas pieles de ovejas y salió a respirar un poco de aire. Pasados unos minutos, la madre acalorada y cubriendo sus senos con su túnica fue la que también salió al relente nocturno. Al ver a Unai, fue a reunirse con él.
- ¿No puedes conciliar el sueño, hijo? esos labios tan carnosos y rojos me hacen pensar que tienes algunas décimas de fiebre. Unai ¿Te encuentras bien? Ven, deja que te cubra con mi túnica.
- Estoy bien, mamá. Tuve una pesadilla, eso es todo.
- ¿Y qué pesadillas perturban tu sueño, hijo mío? ¿qué pensamientos pueden nublar tu felicidad? entre nosotros nunca hubo secretos, puedes confiar en mí.
- Mamá, esta mañana me confirmaste tu embarazo al igual que yo el mío. Nos abrazamos y lloramos juntos de la emoción... celebramos nuestro estado y prometimos ayudarnos y cuidarnos mutuamente. Pero dime una cosa, madre... ¿estás segura de quien o quienes son los padres de tus hijos?
- Naturalmente que lo sé. ¿A qué viene esa pregunta?
- Mamá, aquella noche todos estábamos un poco ebrios de hidromiel y ...
- ¿Dónde quieres llegar, Unai? - interrumpió en seco Ruth - ¿qué tratas de insinuar?
El adolescente tragó saliva. Su respiración se agitaba por momentos incapaz de controlar los latidos de su pulso.
- Mamá, hay quien asegura porque lo vio con sus propios ojos que tú.. tú... y Rheiki... estuvisteis juntos esa noche.
- Sé claro y no andes con rodeos, hijo. ¿A qué te refieres con eso de que "estuvimos juntos"? bebimos, danzamos, reimos y estuvimos juntos "todos" ¿no ocurrió así?
- No, madre. Yo sólo estuve con mi... con mi macho. Con Rheiki.
Ruth se ruborizó y giró el rostro.
- Ah, ya veo... (dijo la madre al cabo de unos segundos) te avergüenzas de tu madre porque gocé con dos machos al mismo tiempo. Fue mi elección ¿sabes? yo decidí gozar con el orco y el centauro al unísono. Como mujer tengo derecho a decidir qué hago con mi cuerpo.
- ¿Sólo con ellos dos? ¿estás segura que no copulaste también con el fauno y que él también te inseminó?
- ¿Qué estás insinuando muchacho? ¿Crees que una mujer no es dueña de sus actos? ¿Tan frívola me consideras como para cometer un acto semejante? destierra esos celos de tu cabecita, Unai... te aseguro que tu fauno no me penetró, de acuerdo?
- Estabas borracha!
- Pero no hasta el punto de perder la razón y no saber quien mete su verga dentro de mí, muchachito!! me haces mucho daño con esas dudas, unai.... me hieres profundamente con tus sospechas.
El adolescente se abrazó a su madre con lágrimas en los ojos.
- Perdóname, madre, no quería herirte ni mucho menos ofenderte, pero me juraron que te habían visto hacerlo con mi esposo. (Al pronunciar la palabra "esposo" a Unai se le erizó la piel pues él de motus propio jamás emplearía ese término para referirse a su BRO. Esa palabra no formaba parte de sus esquemas)
- Dime quién ha sido capaz de vomitar semejantes injurias. Necesito saberlo. - gritó enfurecida la mujer.
- Belver
- Debí imaginármelo. Te juro que ese canalla va a tener su escarmiento. Ven, acompáñame.
Ruth tomó a su hijo de la mano y con paso veloz lo condujo al prado de trigo. Las espigas se balanceaban y arremolinaban por efecto del viento enredándose entre las ropas y cabelleras pelirrojas de aquellos dos visitantes nocturnos.
- Busca bien entre los tallos y elige las amapolas más grandes - aconsejó la madre a su retoño - separa los pétalos y arranca sólo la cabeza de la flor. Luego estruja la cabeza de la amapola hasta que suelte su jugo en este recipiente. Vamos, haz lo que te digo.
Estuvieron un tiempo ordeñando aquellas hermosas flores hasta que el recipiente se llenó de leche de amapolas. A continuación, madre e hijo se dirigieron al árbol donde Belver estaba atado. El prisionero estaba semi desnudo y dormido después de haber sufrido él también una pesadilla. Sus muslos están aún húmedos después de haber eyaculado y de la punta de su voluminosa verga aún se descolgaban algunas gotas de semen. Belver, sin duda alguna era un joven y hermoso ejemplar de macho Alfa pero estaba lleno de ira y rencor por no conseguir sus propósitos y satisfacer sus deseos. Esa ira lo convertía en un ser brutal y endemoniado. No tuvo tiempo apenas de reaccionar... cuando abrió los ojos, Unai sostenía fuertemente su mandíbula con la mano mientras Ruth vertía la leche de amapolas en su boca obligándole a tragar todo el contenido. El prisionero se agitó entre las cuerdas, peleó con fuerza intentando zafarse de sus ataduras pero pronto volvió a caer en un profundo sueño. En la oscuridad de su mente no supo qué le había sucedido ni tampoco lo recordará en el futuro.
Ruth y Unai se alejaron corriendo del árbol y regresaron a sus respectivas cuevas. El chico detuvo a su madre en el camino.
- ¿Qué le va a suceder a Belver? ¿morirá? Es un canalla pero no quiero que le suceda nada malo, al fin y al cabo es mi hermano.
- No tienes por qué preocuparte. Sobrevivirá a esta noche. Pero la leche de amapolas reducirá el nivel de hormonas masculinas al mínimo, sus testículos no producirán testosterona durante algunas semanas. Sin dejar de ser hombre y comportarse como tal, se volverá tierno y afable como un corderito. Te sorprenderá el cambio que se va a producir en él. Pero te advierto de un serio peligro: No te acosará ni violentará con su masculinidad, pero seguirá siendo igual de astuto y manipulador.
- Descuida madre. ¿Me perdonas por desconfiar de ti?
Ambos se abrazaron y besaron antes de regresar junto al calor que guardaban los cuerpos de sus amantes.
(¿Puedo sugerirte una secuencia de transición, por ejemplo un día de caza, excursión a cataratas o lo que prefieras, antes de esa escena amorosa para descartar inseguridades? anda, por fa... es para no saturar mucho después de tantas emociones juntas. Belver, de momento, no dará más problemas.)
Rheiki echó el brazo por encima del hombro de su amigo después de atar a Belver al árbol. Aunque el sumiso no le dijo nada de lo acontecido, el fauno intuyó que algo raro pasaba, notaba que su Bro del alma temblaba de frío y una sombra de duda oscurecía sus claros ojos. Unai reprimió sus ganas de llorar, su mente estaba confusa y agitada pero amaba desesperadamente a su amigo, a su Alfa, a su macho y no deseaba preocuparlo. Se detuvo un momento y hundió su cabeza entre las axilas del fauno para impregnarse de su olor para sentir que sólo le pertenecía a él, deseando que ese aroma tan masculino y potente borrase aquellos malos pensamientos.
Cuando entraron en la cueva que Unai había acomodado con tanto cuidado y amor para su amante, no fue capaz de comer nada, sin embargo. Tenía algunas décimas de fiebre y sentía frío. Rheiki lo acunó entre sus brazos hasta que el muchacho quedó dormido.
Una horrible pesadilla le despertó. Se abrazó a Rheiki quien le miraba con expresión de preocupación y extrañeza. Unai se abrazó al cuello de su Bro y no pudo reprimir el llanto por tanto tiempo reprimido. Se palpó el vientre y lo notó ligeramente hinchado, una pequeña flor como un nenúfar minúsculo nadaba en medio de sus aguas interiores perfumando sus entrañas y cubriendo de amor y ternura su corazón. Aquel era un amor distinto el que le provocaba aquel precioso nenúfar recién despierto... un amor que hacía desear, querer, y admirar aún más a su hombre, al dueño de aquella semilla que había hecho posible el milagro.
Unai tomó la mano del fauno y la colocó sobe su vientre...
- Perdóname si ves que mis ojos se humedecen, no te preocupes, es por la emoción. No cabe duda que tu semilla ha germinado con fuerza .Mi madre tenía razón cuando me lo confirmó esta mañana al echarme miel sobre los pezones... "estás preñado, hijo mío" me dijo. ¡Me siento tan orgulloso de ti, Rheiki! te amo tanto!
Se abrazaron de nuevo. Esta vez, fue Unai quien calmó a su macho posando su sien en la de su amigo para provocarle una música envolvente y sensual. Un verdadero omega siempre sabe ser "el perfecto "reposo del guerrero" para el hombre al que ama y admira.
https://www.youtube.com/watch?v=efra1YeB_cM
https://www.youtube.com/watch?v=DcFpvolR...Ikr-RcQ4l0
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En la cueva contigua, Ruth celebraba también su estado de buena esperanza junto a sus Alfas, ambos, Orco y centauro, habían fecundado dos óvulos, cada uno con sus genes, el vientre de la mujer. Con lo cual, Ruth estaba embarazada de gemelos. Unai oyó risas y gemidos de placer provenientes de la vecina gruta, sin duda estaban celebrando tan feliz acontecimiento. Madre e hijo por cuyos vientres sanos y fértiles circulaba la misma sangre nórdica, fueron fecundados al unísono aquella noche de nupcias. El adolescente tenía la absoluta seguridad de que el fauno era su único "seeder", pero..... ¿Y Ruth? ¿podría ella estar tan segura de quien o quienes la habían inseminado?
Unai dejó a su amante dormido entre las cálidas pieles de ovejas y salió a respirar un poco de aire. Pasados unos minutos, la madre acalorada y cubriendo sus senos con su túnica fue la que también salió al relente nocturno. Al ver a Unai, fue a reunirse con él.
- ¿No puedes conciliar el sueño, hijo? esos labios tan carnosos y rojos me hacen pensar que tienes algunas décimas de fiebre. Unai ¿Te encuentras bien? Ven, deja que te cubra con mi túnica.
- Estoy bien, mamá. Tuve una pesadilla, eso es todo.
- ¿Y qué pesadillas perturban tu sueño, hijo mío? ¿qué pensamientos pueden nublar tu felicidad? entre nosotros nunca hubo secretos, puedes confiar en mí.
- Mamá, esta mañana me confirmaste tu embarazo al igual que yo el mío. Nos abrazamos y lloramos juntos de la emoción... celebramos nuestro estado y prometimos ayudarnos y cuidarnos mutuamente. Pero dime una cosa, madre... ¿estás segura de quien o quienes son los padres de tus hijos?
- Naturalmente que lo sé. ¿A qué viene esa pregunta?
- Mamá, aquella noche todos estábamos un poco ebrios de hidromiel y ...
- ¿Dónde quieres llegar, Unai? - interrumpió en seco Ruth - ¿qué tratas de insinuar?
El adolescente tragó saliva. Su respiración se agitaba por momentos incapaz de controlar los latidos de su pulso.
- Mamá, hay quien asegura porque lo vio con sus propios ojos que tú.. tú... y Rheiki... estuvisteis juntos esa noche.
- Sé claro y no andes con rodeos, hijo. ¿A qué te refieres con eso de que "estuvimos juntos"? bebimos, danzamos, reimos y estuvimos juntos "todos" ¿no ocurrió así?
- No, madre. Yo sólo estuve con mi... con mi macho. Con Rheiki.
Ruth se ruborizó y giró el rostro.
- Ah, ya veo... (dijo la madre al cabo de unos segundos) te avergüenzas de tu madre porque gocé con dos machos al mismo tiempo. Fue mi elección ¿sabes? yo decidí gozar con el orco y el centauro al unísono. Como mujer tengo derecho a decidir qué hago con mi cuerpo.
- ¿Sólo con ellos dos? ¿estás segura que no copulaste también con el fauno y que él también te inseminó?
- ¿Qué estás insinuando muchacho? ¿Crees que una mujer no es dueña de sus actos? ¿Tan frívola me consideras como para cometer un acto semejante? destierra esos celos de tu cabecita, Unai... te aseguro que tu fauno no me penetró, de acuerdo?
- Estabas borracha!
- Pero no hasta el punto de perder la razón y no saber quien mete su verga dentro de mí, muchachito!! me haces mucho daño con esas dudas, unai.... me hieres profundamente con tus sospechas.
El adolescente se abrazó a su madre con lágrimas en los ojos.
- Perdóname, madre, no quería herirte ni mucho menos ofenderte, pero me juraron que te habían visto hacerlo con mi esposo. (Al pronunciar la palabra "esposo" a Unai se le erizó la piel pues él de motus propio jamás emplearía ese término para referirse a su BRO. Esa palabra no formaba parte de sus esquemas)
- Dime quién ha sido capaz de vomitar semejantes injurias. Necesito saberlo. - gritó enfurecida la mujer.
- Belver
- Debí imaginármelo. Te juro que ese canalla va a tener su escarmiento. Ven, acompáñame.
Ruth tomó a su hijo de la mano y con paso veloz lo condujo al prado de trigo. Las espigas se balanceaban y arremolinaban por efecto del viento enredándose entre las ropas y cabelleras pelirrojas de aquellos dos visitantes nocturnos.
- Busca bien entre los tallos y elige las amapolas más grandes - aconsejó la madre a su retoño - separa los pétalos y arranca sólo la cabeza de la flor. Luego estruja la cabeza de la amapola hasta que suelte su jugo en este recipiente. Vamos, haz lo que te digo.
Estuvieron un tiempo ordeñando aquellas hermosas flores hasta que el recipiente se llenó de leche de amapolas. A continuación, madre e hijo se dirigieron al árbol donde Belver estaba atado. El prisionero estaba semi desnudo y dormido después de haber sufrido él también una pesadilla. Sus muslos están aún húmedos después de haber eyaculado y de la punta de su voluminosa verga aún se descolgaban algunas gotas de semen. Belver, sin duda alguna era un joven y hermoso ejemplar de macho Alfa pero estaba lleno de ira y rencor por no conseguir sus propósitos y satisfacer sus deseos. Esa ira lo convertía en un ser brutal y endemoniado. No tuvo tiempo apenas de reaccionar... cuando abrió los ojos, Unai sostenía fuertemente su mandíbula con la mano mientras Ruth vertía la leche de amapolas en su boca obligándole a tragar todo el contenido. El prisionero se agitó entre las cuerdas, peleó con fuerza intentando zafarse de sus ataduras pero pronto volvió a caer en un profundo sueño. En la oscuridad de su mente no supo qué le había sucedido ni tampoco lo recordará en el futuro.
Ruth y Unai se alejaron corriendo del árbol y regresaron a sus respectivas cuevas. El chico detuvo a su madre en el camino.
- ¿Qué le va a suceder a Belver? ¿morirá? Es un canalla pero no quiero que le suceda nada malo, al fin y al cabo es mi hermano.
- No tienes por qué preocuparte. Sobrevivirá a esta noche. Pero la leche de amapolas reducirá el nivel de hormonas masculinas al mínimo, sus testículos no producirán testosterona durante algunas semanas. Sin dejar de ser hombre y comportarse como tal, se volverá tierno y afable como un corderito. Te sorprenderá el cambio que se va a producir en él. Pero te advierto de un serio peligro: No te acosará ni violentará con su masculinidad, pero seguirá siendo igual de astuto y manipulador.
- Descuida madre. ¿Me perdonas por desconfiar de ti?
Ambos se abrazaron y besaron antes de regresar junto al calor que guardaban los cuerpos de sus amantes.
(¿Puedo sugerirte una secuencia de transición, por ejemplo un día de caza, excursión a cataratas o lo que prefieras, antes de esa escena amorosa para descartar inseguridades? anda, por fa... es para no saturar mucho después de tantas emociones juntas. Belver, de momento, no dará más problemas.)