04-03-2017, 11:19 PM
(This post was last modified: 04-03-2017, 11:20 PM by DarkAurion98.)
Refrescado volvió el trió al campamento, cargando con orgullo los animales cazados. Un poco avergonzados por su alargado descanso, Ruth y Andreas realizaban inventarios de las provisiones mientras Volthur cortaba leña. La mujer, más temprano en la mañana, había salido de su nido de amor para saludar al sol, semen goteando de su majestuosa vulva, encanto de dos miembros furiosos la pasada noche. Desafortunadamente, su complacida sonrisa cambio a desespero cuando noto la ausencia del prisionero, solo para calmarse segundos después revisando la cueva de su hijo y yerno. - *suspiro* Parece que las amapolas surtieron efecto. Rheiki ha de estar poniéndolo a prueba - Razono.
Volviendo al presente, la madre abrazo tiernamente a su hijo, al tiempo que posaba cariñosas manos en la cara de Belver.
- Como te sientes muchacho - Pronuncio intentando despojarse de cualquier tono rencoroso.
- M-madre, me siento bien. Yo, yo .... lo siento mucho madre -
Para sorpresa de todos, el atlético ex-alfa empezó a llorar. No como un crió malcriado o como una damisela en apuros. Oh no, sus manos formaban puños, vista hacia el suelo con profusas gotas saladas escapando a sus ojos. Fue en ese momento que Ruth se dio cuenta de su misión. Tenia que salvar a su hijastro de la basura mental que Halib planto en el. La leche de amapolas no durara para siempre en su sistema, pero si ella logra que el chico acepte su lugar en la manda antes de que el efecto desaparezca, entonces Unai obtendrá a ciencia cierta un hermano cariñoso y protector. No un despiadado sexual.
- No te disculpes Belver. Calma, respira. Si aceptas ser feliz con nosotros, entonces no habrá nada que perdonar - Dijo ella, resguardandolo en sus brazos junto con su hijo genético. El cornudo les cedió este espacio familiar y se entretuvo con el ogro, quien se disculpo por el ruido de anoche. - Calma colmillos amarillos *risa*. Me alegra que se hayan divertido. Ademas, seré el líder de esta manada pero eso es solo un titulo. Seguimos siendo los tres alfas apestosos que bromean en la fogata - Expreso Rheiki con su mano firme en el hombro de Volthur, quien cedió una sonrisa y lo abrazo. Bueno, más que abrazar fue una corta lucha amistosa que hubiera destrozados los huesos de un guerrero normal.
Con las aguas serenas por el momento, la nueva familia preparo el almuerzo, decidiendo quedarse otra noche en el campamento al no valer la pena emprender viaje tan tarde. Cabe mencionar que todos colaboraron cocinando el manjar, del mismo modo que ayudaron a devorarlo, dejando un aire de pereza y relajación en el aire cuando el cielo pasaba de azul a naranja.
- Que buen .. *eructo* almuerzo - Celebro Andreas.
- Efectivamente mi querido caballo - Bromeo Rheiki intentando imitar uno de los presunciosos diputados de la capital humana. Oh si, este narrador pudiera contarles sobre ese lugar, prácticamente un chiste, adornado por humanos superficiales al poder, con políticas de odio contra criaturas mágicas. Si los muros de esa ciudad hablaran, te dirían el numero exacto de clubes secretos donde tales lideres separatistas se reúnen para disfrutar del sexo salvaje con ninfas y centauros. Fuertes olores impregnando sus costosos atuendos de seda nórdica. En fin, esa es una historia para otra ocasión.
Volviendo al campamento, el fauno descansaba acostado con su cabrito reposado encima de el. En este punto, ya no usaban ropajes, y los demás seguían su ejemplo. De alguna manera todos lograron apilarse en una forma singular. El centauro yacía acostado contra un árbol. Próximo a sus patas traseras, reposaba Volthur con Ruth en brazos, susurrándole promesas de amor al oído. Cerca de donde su torso humano se encontraba con su cuerpo equino, descansaba Rheiki con Unai dormido en su pecho, sacando su lengua de la manera más dulce, volviendo loco al macho alfa . Sobre su lomo oscuro, descansaba Belver con una sonrisa mientras Andreas acariciaba su pelo. Una familia feliz parece ser.
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Todos habían caído en siesta profunda cuando gritos de auxilio los despertaron. Madre e hijo no huyeron como débiles, pero tomaron refugio con sus arcos alzados cerca de las cuevas mientras los cuatro machos preparaban sus astas y puños. Sin embargo, el destino les sorprendió de nuevo. Heridos, emergían de los matorrales tres guardianes.
Una licantropa de furioso y largo pelo castaño, senos de considerable tamaño y ojos ámbar, ayudaba a un fuerte macho humano a cargar un joven omega de la familia de tauros. No un centauro ni un minotauro, sino un híbrido entre humano y ciervo.
- Por favor, ayúdenos - Suplico la líder antes de caer al suelo con sus amigos. El instinto de los alfas no fallo en reconocer que estos eran aliados, así que sin demora los llevaron a tiendas separadas para tratar sus heridas.
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Cueva de Ruth y sus centinelas
La madre de Unai velozmente calentó agua, empapando múltiples pañuelos de tela mientras ejercía presión en las heridas de la mujer lobo. No había que mirarla dos veces para notar que esta era una hembra dominante y feroz. A pesar de verse más joven que Ruth, la licantropa inspiraba la dominancia que solo un alfa porta, de alguna forma haciendo sentir segura a la sumisa que la trataba. Despertando asustada, fue tranquilizada por la nórdica, que limpio los rastros de sangre con delicadeza.
- Gracias *quejido* señora. Mis compañeros, ¿como están? - Pregunto agitada mientras sostenía un profundo corte en su abdomen.
- No temas. Ellos están bien. Mi manada los trata mientras hablamos. Pero cuéntame, ¿quien los ataco? -
- Rebeldes humanos. N-nosotros, queríamos proteger un cargamento saliente de Heliashkat*, pero nos emboscaron antes de llegar -
- Pobre chica. ¿Cuantos eran? -
- Seis, pero los perdimos tras una pelea en el valle cercano. Ahh, duele - Exclamo al sentir purificante en sus cortadas.
- Lo siento, es necesario para evitar infecciones *pausa*. Al menos, están seguros ahora. ¿Como te llamas? -
- Maya. Soy... ustedes humanos nos llaman, hombres lobo. Pues bueno.... mujer lobo aquí - dijo con una sincera sonrisa sin importar el dolor.
- Me llamo Ruth. Es un placer conocerte Maya. Entiendo que los de tu especie sanan más rápido, pero me quedare aquí para revisar que cierren bien tus heridas. -
- Gracias, Ruth. Ustedes, nos salvaron. Agradezco si, me mantienes al tanto de mis colegas -
Para acelerar el proceso, el alfa femenina abrazo cariñosamente a la omega, aprovechando su calor y aura pacifica.
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Guarida de Unai y Rheiki
Los enamorados tenían el humano a su cuidado. El hombre de musculoso cuerpo, portaba cabello negro corto unido a una áspera barba. Su piel extrañamente estaba bronceada. Probablemente tenia la misma edad del fauno. Sin importarle las laceraciones en su espalda, permaneció sentado mientras el omega con ágiles manos cubría las heridas al son de soluciones vegetales y vendajes.
- ¿Como te llamas viajero? - Inicio el emisario de Pan, inclinándose para olfatear sutilmente al otro macho.
- Me llamo Daven señor -
- ¿Señor? - Sonrió el alfa ante tan educada etiqueta. Extraño, considerando el aspecto salvaje y libre de este beta.
- Si. Señor de los bosques. Bueno, su especie en realidad - A esto Unai sonrió con orgullo mientras trataba la espalda del combatiente.
- Te agradezco que respetes tanto a mi especie pero no es necesario. Por favor, llámame Rheiki - Poso su firme mano sobre el hombro de Daven, quien libero un respiro que no sabia contenía su pecho.
En la entrada del recinto, Volthur era vigía, al pendiente de cualquier posible intruso. Pasaron minutos en los que el beta le explico a la pareja la misma situación que Maya describía. El "invitado" se mostró impactado cuando al finalizar la sanación, el omega en el cuarto se escondió en sus brazos cuidadosamente mientras el alfa lo abrazaba por detrás. - Están seguros aquí - suspiro.
- Gracias - respondió el beta, incrédulo con el sentimiento de acogida de esta manada.
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Tienda principal
En la acogedora carpa tenia lugar una escena increíblemente adorable. Andreas se encontraba acostado sobre sus patas, sosteniendo con su costado el agitado omega que compartía su condición de cuadrúpedo, pero no de centauro.
- ¿Como te llamas pequeño? - Pronuncio preocupado uno de los sementales de Ruth mientras posaba pañuelos de agua fría sobre el lastimado lomo del chico.
- O-onni, señor - Dijo el joven tauro, a penas mayor de edad. Este era dueño de ojos verdes claros, con un torso humano pálido y una parte baja de cervatillo cubierta en manchas blancas que combinaban con tímidas astas marrones. Andreas sentía un instinto protector con esta hermosa figura, pero por ningún motivo experimento despertar sexual. Al igual que con Unai, se percibía más bien como un hermano mayor.
- No me digas señor, pequeño. Llámame Andreas - Decía el alfa, acariciando el explorador al tiempo que Belver sacaba a relucir su nuevo temperamento. Con buen temple, limpio y sano como pudo las heridas del herido sumiso.
- Tus compañeros y tu están a salvo - Le decía.
- Gracias - El cervatillo abrazo el sueño inducido por la agotadora huida, escapando de las garras de humanos rebeldes.
- Descansa pequeño -
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La noche, aunque larga, paso sin contratiempos. Con el permiso del líder, Maya y Daven acompañaron a Rheiki a la tienda principal para encontrarse con un exhausto Onni, buscando calor en el pecho de Andreas. Ruth también entro y en vez de celos, tuvo que contener las ganas de besar en la frente a la inocente criatura.
- Desde que perdió a sus padres, solo nos tiene a nosotros - Pronuncio la mujer alfa en un tono melancólico, volteándose hacia el cornudo con su cabeza baja. - Rheiki. No sabemos como agradecerte por recibirnos y tratarnos. Es por eso que lo que voy a pedir me avergüenza mucho - Suspiro - He intentado día tras día mantenernos fuera del peligro, pero mis esfuerzos son en vano. No soy fuerte, para mis amigos, mi... manada. No soy una buena alfa. - La mujer lobo se sintió derrotada hasta que Rheiki la abrazo cordialmente junto a su pastorcillo amado.
- No digas más Maya. Eres una gran alfa y lo se. Lo siento en ti. - La miro fijamente a los ojos. - Bienvenidos a la familia -
Y de repente la manada tenia tres miembros nuevos.
(Como siempre disculpas a ti y los lectores por si es muy largo. Espero te gusten los personajes. Si no estas seguro de como avanzar, puedes narrar los hechos ya vistos desde la perspectiva de Unai. Se que deje a mi pequeño cabrito un poco de lado en este post pero era mucha información para introducir. . Como un pequeño repaso para los lectores) :
Volthur: Ogro
Andreas: Centauro
Ruth: Humana nordica
Maya: Mujer lobo
Daven: Humano
Onni: Tauro (híbrido con ciervo, no minotauro ni centauro)
Heliashkat*: ciudad mediana establecida en el noroeste.
(Espero los diálogos no te causen confusión. Puedo editar cualquier parte que no te guste.)
Volviendo al presente, la madre abrazo tiernamente a su hijo, al tiempo que posaba cariñosas manos en la cara de Belver.
- Como te sientes muchacho - Pronuncio intentando despojarse de cualquier tono rencoroso.
- M-madre, me siento bien. Yo, yo .... lo siento mucho madre -
Para sorpresa de todos, el atlético ex-alfa empezó a llorar. No como un crió malcriado o como una damisela en apuros. Oh no, sus manos formaban puños, vista hacia el suelo con profusas gotas saladas escapando a sus ojos. Fue en ese momento que Ruth se dio cuenta de su misión. Tenia que salvar a su hijastro de la basura mental que Halib planto en el. La leche de amapolas no durara para siempre en su sistema, pero si ella logra que el chico acepte su lugar en la manda antes de que el efecto desaparezca, entonces Unai obtendrá a ciencia cierta un hermano cariñoso y protector. No un despiadado sexual.
- No te disculpes Belver. Calma, respira. Si aceptas ser feliz con nosotros, entonces no habrá nada que perdonar - Dijo ella, resguardandolo en sus brazos junto con su hijo genético. El cornudo les cedió este espacio familiar y se entretuvo con el ogro, quien se disculpo por el ruido de anoche. - Calma colmillos amarillos *risa*. Me alegra que se hayan divertido. Ademas, seré el líder de esta manada pero eso es solo un titulo. Seguimos siendo los tres alfas apestosos que bromean en la fogata - Expreso Rheiki con su mano firme en el hombro de Volthur, quien cedió una sonrisa y lo abrazo. Bueno, más que abrazar fue una corta lucha amistosa que hubiera destrozados los huesos de un guerrero normal.
Con las aguas serenas por el momento, la nueva familia preparo el almuerzo, decidiendo quedarse otra noche en el campamento al no valer la pena emprender viaje tan tarde. Cabe mencionar que todos colaboraron cocinando el manjar, del mismo modo que ayudaron a devorarlo, dejando un aire de pereza y relajación en el aire cuando el cielo pasaba de azul a naranja.
- Que buen .. *eructo* almuerzo - Celebro Andreas.
- Efectivamente mi querido caballo - Bromeo Rheiki intentando imitar uno de los presunciosos diputados de la capital humana. Oh si, este narrador pudiera contarles sobre ese lugar, prácticamente un chiste, adornado por humanos superficiales al poder, con políticas de odio contra criaturas mágicas. Si los muros de esa ciudad hablaran, te dirían el numero exacto de clubes secretos donde tales lideres separatistas se reúnen para disfrutar del sexo salvaje con ninfas y centauros. Fuertes olores impregnando sus costosos atuendos de seda nórdica. En fin, esa es una historia para otra ocasión.
Volviendo al campamento, el fauno descansaba acostado con su cabrito reposado encima de el. En este punto, ya no usaban ropajes, y los demás seguían su ejemplo. De alguna manera todos lograron apilarse en una forma singular. El centauro yacía acostado contra un árbol. Próximo a sus patas traseras, reposaba Volthur con Ruth en brazos, susurrándole promesas de amor al oído. Cerca de donde su torso humano se encontraba con su cuerpo equino, descansaba Rheiki con Unai dormido en su pecho, sacando su lengua de la manera más dulce, volviendo loco al macho alfa . Sobre su lomo oscuro, descansaba Belver con una sonrisa mientras Andreas acariciaba su pelo. Una familia feliz parece ser.
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Todos habían caído en siesta profunda cuando gritos de auxilio los despertaron. Madre e hijo no huyeron como débiles, pero tomaron refugio con sus arcos alzados cerca de las cuevas mientras los cuatro machos preparaban sus astas y puños. Sin embargo, el destino les sorprendió de nuevo. Heridos, emergían de los matorrales tres guardianes.
Una licantropa de furioso y largo pelo castaño, senos de considerable tamaño y ojos ámbar, ayudaba a un fuerte macho humano a cargar un joven omega de la familia de tauros. No un centauro ni un minotauro, sino un híbrido entre humano y ciervo.
- Por favor, ayúdenos - Suplico la líder antes de caer al suelo con sus amigos. El instinto de los alfas no fallo en reconocer que estos eran aliados, así que sin demora los llevaron a tiendas separadas para tratar sus heridas.
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Cueva de Ruth y sus centinelas
La madre de Unai velozmente calentó agua, empapando múltiples pañuelos de tela mientras ejercía presión en las heridas de la mujer lobo. No había que mirarla dos veces para notar que esta era una hembra dominante y feroz. A pesar de verse más joven que Ruth, la licantropa inspiraba la dominancia que solo un alfa porta, de alguna forma haciendo sentir segura a la sumisa que la trataba. Despertando asustada, fue tranquilizada por la nórdica, que limpio los rastros de sangre con delicadeza.
- Gracias *quejido* señora. Mis compañeros, ¿como están? - Pregunto agitada mientras sostenía un profundo corte en su abdomen.
- No temas. Ellos están bien. Mi manada los trata mientras hablamos. Pero cuéntame, ¿quien los ataco? -
- Rebeldes humanos. N-nosotros, queríamos proteger un cargamento saliente de Heliashkat*, pero nos emboscaron antes de llegar -
- Pobre chica. ¿Cuantos eran? -
- Seis, pero los perdimos tras una pelea en el valle cercano. Ahh, duele - Exclamo al sentir purificante en sus cortadas.
- Lo siento, es necesario para evitar infecciones *pausa*. Al menos, están seguros ahora. ¿Como te llamas? -
- Maya. Soy... ustedes humanos nos llaman, hombres lobo. Pues bueno.... mujer lobo aquí - dijo con una sincera sonrisa sin importar el dolor.
- Me llamo Ruth. Es un placer conocerte Maya. Entiendo que los de tu especie sanan más rápido, pero me quedare aquí para revisar que cierren bien tus heridas. -
- Gracias, Ruth. Ustedes, nos salvaron. Agradezco si, me mantienes al tanto de mis colegas -
Para acelerar el proceso, el alfa femenina abrazo cariñosamente a la omega, aprovechando su calor y aura pacifica.
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Guarida de Unai y Rheiki
Los enamorados tenían el humano a su cuidado. El hombre de musculoso cuerpo, portaba cabello negro corto unido a una áspera barba. Su piel extrañamente estaba bronceada. Probablemente tenia la misma edad del fauno. Sin importarle las laceraciones en su espalda, permaneció sentado mientras el omega con ágiles manos cubría las heridas al son de soluciones vegetales y vendajes.
- ¿Como te llamas viajero? - Inicio el emisario de Pan, inclinándose para olfatear sutilmente al otro macho.
- Me llamo Daven señor -
- ¿Señor? - Sonrió el alfa ante tan educada etiqueta. Extraño, considerando el aspecto salvaje y libre de este beta.
- Si. Señor de los bosques. Bueno, su especie en realidad - A esto Unai sonrió con orgullo mientras trataba la espalda del combatiente.
- Te agradezco que respetes tanto a mi especie pero no es necesario. Por favor, llámame Rheiki - Poso su firme mano sobre el hombro de Daven, quien libero un respiro que no sabia contenía su pecho.
En la entrada del recinto, Volthur era vigía, al pendiente de cualquier posible intruso. Pasaron minutos en los que el beta le explico a la pareja la misma situación que Maya describía. El "invitado" se mostró impactado cuando al finalizar la sanación, el omega en el cuarto se escondió en sus brazos cuidadosamente mientras el alfa lo abrazaba por detrás. - Están seguros aquí - suspiro.
- Gracias - respondió el beta, incrédulo con el sentimiento de acogida de esta manada.
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Tienda principal
En la acogedora carpa tenia lugar una escena increíblemente adorable. Andreas se encontraba acostado sobre sus patas, sosteniendo con su costado el agitado omega que compartía su condición de cuadrúpedo, pero no de centauro.
- ¿Como te llamas pequeño? - Pronuncio preocupado uno de los sementales de Ruth mientras posaba pañuelos de agua fría sobre el lastimado lomo del chico.
- O-onni, señor - Dijo el joven tauro, a penas mayor de edad. Este era dueño de ojos verdes claros, con un torso humano pálido y una parte baja de cervatillo cubierta en manchas blancas que combinaban con tímidas astas marrones. Andreas sentía un instinto protector con esta hermosa figura, pero por ningún motivo experimento despertar sexual. Al igual que con Unai, se percibía más bien como un hermano mayor.
- No me digas señor, pequeño. Llámame Andreas - Decía el alfa, acariciando el explorador al tiempo que Belver sacaba a relucir su nuevo temperamento. Con buen temple, limpio y sano como pudo las heridas del herido sumiso.
- Tus compañeros y tu están a salvo - Le decía.
- Gracias - El cervatillo abrazo el sueño inducido por la agotadora huida, escapando de las garras de humanos rebeldes.
- Descansa pequeño -
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La noche, aunque larga, paso sin contratiempos. Con el permiso del líder, Maya y Daven acompañaron a Rheiki a la tienda principal para encontrarse con un exhausto Onni, buscando calor en el pecho de Andreas. Ruth también entro y en vez de celos, tuvo que contener las ganas de besar en la frente a la inocente criatura.
- Desde que perdió a sus padres, solo nos tiene a nosotros - Pronuncio la mujer alfa en un tono melancólico, volteándose hacia el cornudo con su cabeza baja. - Rheiki. No sabemos como agradecerte por recibirnos y tratarnos. Es por eso que lo que voy a pedir me avergüenza mucho - Suspiro - He intentado día tras día mantenernos fuera del peligro, pero mis esfuerzos son en vano. No soy fuerte, para mis amigos, mi... manada. No soy una buena alfa. - La mujer lobo se sintió derrotada hasta que Rheiki la abrazo cordialmente junto a su pastorcillo amado.
- No digas más Maya. Eres una gran alfa y lo se. Lo siento en ti. - La miro fijamente a los ojos. - Bienvenidos a la familia -
Y de repente la manada tenia tres miembros nuevos.
(Como siempre disculpas a ti y los lectores por si es muy largo. Espero te gusten los personajes. Si no estas seguro de como avanzar, puedes narrar los hechos ya vistos desde la perspectiva de Unai. Se que deje a mi pequeño cabrito un poco de lado en este post pero era mucha información para introducir. . Como un pequeño repaso para los lectores) :
Volthur: Ogro
Andreas: Centauro
Ruth: Humana nordica
Maya: Mujer lobo
Daven: Humano
Onni: Tauro (híbrido con ciervo, no minotauro ni centauro)
Heliashkat*: ciudad mediana establecida en el noroeste.
(Espero los diálogos no te causen confusión. Puedo editar cualquier parte que no te guste.)