Por supuesto que Unai se alegró al ver a su amigo, sintió unas ganas inmensas de correr a abrazarle pero contuvo esas muestras de afecto. El viento le susurraba al oído:"sigue los impulsos de tu corazón" pero su cabeza le decía lo contrario: "compórtate como un muchacho de tu edad y no seas pegajoso".
Pero todo intento por su parteen este sentido fue en vano. El fauno al ver el arco y las flechas que trajo Unai se ofreció a ayudarle a mejorar su puntería. Se colocó a espaldas del sumiso y lo acogió en su regazo, a continuación, sujetando con su mano derecha la mano del chico, y haciendo lo mismo con la otra mano para sostener el arco, acercó su cabeza para susurrar al oído del alumno: "Relájate y concéntrate sólo en la respiración. Debes sentir que arco, flecha y tu persona formáis un todo armónico"..pero el aliento cálido del fauno le quemaba a Unai en el cuello y su cuerpo vibraba como la cuerda tensa de un violín. Aquellas palabras eran como abejas libando néctar y miel en el panal de su oído.
Criaturas de los bosques y habitantes de los cinco continentes ¿Cómo puedo describir lo que se siente en estos momentos cuando todo tu cuerpo está en íntimo contacto con el hombre al que más amas y deseas? ¿Qué palabras utilizar adecuadamente para descifrar el lenguaje del amor y el deseo?
"Respira, muchacho, respira.... sigue los impulsos de tu corazón y comprobarás que llega un momento en que no sabrás distinguir si es la punta de la flecha quien atrae la diana, o si por el contrario ,es la diana la que busca y desea ser perforada por la flecha. Pasa exactamente igual que el amor: yo no te te hubiese encontrado si tú no me hubieses buscado". El chico ya no sabía si era el viento, su interior o el fauno quien pronunciaba aquellas palabras en su oído. Soltó la flecha y como no podía ser de otra manera dio de pleno en el blanco.
- Tomaaaaaaaaaaaaaaaa... ha dado en todo el centro! (en su euforia el omega abrazó a su amigo) ¿Has visto eso Rheiki? ¿Te das cuenta cómo tengo razón? a tu lado aprenderé muchas cosas y juntos los dos nos haremos invencibles. Cuando se produzca una situación de peligro pelearé y lucharé por ti como un valiente.
Con el ímpetu que da la alegría empujó al fauno que cayó tendido sobre la hierba riéndose a carcajadas. El efecto de la risa hizo que sus nalgas peludas tronaran al expulsar varios sonoros pedos. Unai rió al oír y oler los tempestivos gases del gigante. "Cochino! eres un cerdito peludo! jajajjaj.. El chico se colocó sobre él con ambas piernas encajadas en las caderas del semental caprino.
- Eh, "cuernos flojos" ¿qué pensabas? ¿que tu amigo Unai era un chaval debilucho y lacio? (Unai flexionó los brazos en alto para mostrarle los bíceps a su amigo que no cesaba de reír) ¿Y ahora qué opinas, eh? eh?... comenzó a hacerle cosquillas y a luchar para medir sus fuerzas rodando por la hierba fresca y húmeda. El gigante le retorcía los brazos y lo bloqueaba con facilidad pero el muchacho se defendía con las mejillas acaloradas como un gatito acorralado. Incluso le mordió. El fauno le dio tiernas bofetadas advirtiéndole: "eso no vale, tramposo. No se debe morder en la lucha".
Siguieron riendo y peleando hasta que Unai quedó de nuevo en la posición del principio con Rheiki tendido de espaldas sobre la hierba. Sus respiraciones se oían agitadas por el juego. Fue entonces cuando Unai sintió como la vez anterior, el extremo de una carne húmeda y palpitante balancear y frotarse entre sus muslos. Supo enseguida que su macho estaba excitado y con su verga en erección, pero en esta ocasión comprobó algo más: sus entrañas de algún modo empezaron a lubricarse desde el interior, sentía un calor interno que produjo una mancha dulce y perfumada sobre su rosado y virginal agujero. Desplazó un poco sus caderas y la verga del fauno dejó un rastro de fluido pre seminal que resbaló por uno de sus muslos. Hizo como si no se hubiese dado cuenta de nada y actuó con normalidad.
- Y ahora, grandullón. te vas a quedar ahí tumbado mientras yo preparo la liebre que he cazado antes de llegar aquí. La voy a asar al fuego untada de manteca y hierbas aromáticas para que quede crujiente y sabrosa. ¿Te das cuenta... como además de un valiente soy capaz de cuidar de ti para que no pases hambre?
Tras el almuerzo y con los estómagos llenos, la temperatura de sus cuerpos descendió un poco y ambos buscaron cobijo en los brazos del otro. Unai ronroneaba como un garito sobre el pecho del fauno que lo estrechó con mimo y cariño.
Pasó apenas media hora cuando un ruido en la maleza sobresaltó al muchacho. Sin despertar a su amigo cogió el arco y las flechas y fue a ver de qué se trataba... A escasos metros lo que vio le heló la sangre ya que reconoció a su hermanastro enseguida.
- ¿Qué haces aquí, Belver?
- Ehhhhhhh tranquilo, chaval ¿Acaso no puedo hacerle una visita a mi hermanito?
- Estoy bien así, no necesito tu compañía ni tu ayuda.
- Ah no? pues ayer bien que llegaste a casa despavorido porque según tú te había atacado una manada de lobos. Fui yo quien se encargó de reunir y conducir el rebaño de vuelta a la granja.
- Vale, sí... gracias. Pero eso fue ayer. Hoy todo está bien, vuelve a casa. De verdad, quiero estar solo.
Belver le miró detenidamente de arriba a abajo y sonrió de manera maliciosa.
- Dime una cosa: ¿por qué estás tan acalorado y con las mejillas ardiendo? ¿Acaso te estabas "tocando" antes de que yo llegara?
- Hace un poco de calor.. Belver, ¿Quieres hacer el favor de marcharte y dejarme en paz?
- Yo diría que es "otro tipo de calor" el que te pone tan encendido ¿me equivoco?
Unai sintió que se le paraba el corazón.
- Qué mierda estás insinuando?
- Muy fácil: estás "en celo" y caliente como una perra. La otra noche cuando entraste en casa e hice referencia al olor que despedías no era sólo porque hubieras rozado la marca territorial de algún Alfa sino por "tu propio olor". ¿No te has dado cuenta de eso? a tus dieciséis años tu cuerpo emite una fragancia dulce y aromática que excita a un macho. Eso es lo que sucede, imbécil. Ya lo he hablado con mi padre y amigos, y estamos de acuerdo en este tema. Estás en celo como una hembra fértil, no hay más que verte... tienes revolucionada a toda la granja, chaval.
- ¿Estás de broma o pretendes ofenderme?
Belver soltó una carcajada y se arrancó la túnica que lo cubría.
- ¿Te parece una broma esto? - dijo mostrando su verga en potente erección apuntando como una flecha en dirección al muchacho.
Unai reaccionó instintivamente ante la amenaza. Cogió el arco y tensó la cuerda en dirección a su hermanastro.
- Cállate, maldito seas! como te atrevas a dar un solo paso te atravieso la garganta. Te juro que hablo en serio.
Belver quiso decir algo pero el zumbido de una flecha le pasó cerca de la mejilla hiriéndolo.
- La próxima, te aseguro que doy en el blanco.
La erección paró en seco dando paso a que Belver se orinarse de miedo. Qué ridículo chorro de líquido en comparación con la potente y perfumada meada que sueltan las vergas de mis amigos Alfas, pensó Unai.
De repente, como un remolino surgido de la nada lanzó a Belver a unos cuantos metros de distancia. Casi todo el mundo sabe que despertar a un fauno de su siesta es arriesgarse a ser víctima de su ira y furia. Un fauno es la encarnación del dios PAN, el Señor de los bosques y la fertilidad, y quien ose molestarlo entrará en un estado de PÁNico y locura transitoria que recordará toda su vida. Eso fue lo que le sucedió a Belver... en medio de la confusión empezó a tener visiones espeluznantes de seres gigantescos, criaturas amenazantes y sonidos escalofriantes. Presa de PÁnico y horror, huyó despavorido colina abajo dando alaridos.
- Este imbécil no sabía que no se debe molestar a un fauno cuando duerme plácidamente su siesta. Pero yo sí. Tomó a su buen amigo de la mano y depositó en ella un dulce beso para calmarlo.
Pero todo intento por su parteen este sentido fue en vano. El fauno al ver el arco y las flechas que trajo Unai se ofreció a ayudarle a mejorar su puntería. Se colocó a espaldas del sumiso y lo acogió en su regazo, a continuación, sujetando con su mano derecha la mano del chico, y haciendo lo mismo con la otra mano para sostener el arco, acercó su cabeza para susurrar al oído del alumno: "Relájate y concéntrate sólo en la respiración. Debes sentir que arco, flecha y tu persona formáis un todo armónico"..pero el aliento cálido del fauno le quemaba a Unai en el cuello y su cuerpo vibraba como la cuerda tensa de un violín. Aquellas palabras eran como abejas libando néctar y miel en el panal de su oído.
Criaturas de los bosques y habitantes de los cinco continentes ¿Cómo puedo describir lo que se siente en estos momentos cuando todo tu cuerpo está en íntimo contacto con el hombre al que más amas y deseas? ¿Qué palabras utilizar adecuadamente para descifrar el lenguaje del amor y el deseo?
"Respira, muchacho, respira.... sigue los impulsos de tu corazón y comprobarás que llega un momento en que no sabrás distinguir si es la punta de la flecha quien atrae la diana, o si por el contrario ,es la diana la que busca y desea ser perforada por la flecha. Pasa exactamente igual que el amor: yo no te te hubiese encontrado si tú no me hubieses buscado". El chico ya no sabía si era el viento, su interior o el fauno quien pronunciaba aquellas palabras en su oído. Soltó la flecha y como no podía ser de otra manera dio de pleno en el blanco.
- Tomaaaaaaaaaaaaaaaa... ha dado en todo el centro! (en su euforia el omega abrazó a su amigo) ¿Has visto eso Rheiki? ¿Te das cuenta cómo tengo razón? a tu lado aprenderé muchas cosas y juntos los dos nos haremos invencibles. Cuando se produzca una situación de peligro pelearé y lucharé por ti como un valiente.
Con el ímpetu que da la alegría empujó al fauno que cayó tendido sobre la hierba riéndose a carcajadas. El efecto de la risa hizo que sus nalgas peludas tronaran al expulsar varios sonoros pedos. Unai rió al oír y oler los tempestivos gases del gigante. "Cochino! eres un cerdito peludo! jajajjaj.. El chico se colocó sobre él con ambas piernas encajadas en las caderas del semental caprino.
- Eh, "cuernos flojos" ¿qué pensabas? ¿que tu amigo Unai era un chaval debilucho y lacio? (Unai flexionó los brazos en alto para mostrarle los bíceps a su amigo que no cesaba de reír) ¿Y ahora qué opinas, eh? eh?... comenzó a hacerle cosquillas y a luchar para medir sus fuerzas rodando por la hierba fresca y húmeda. El gigante le retorcía los brazos y lo bloqueaba con facilidad pero el muchacho se defendía con las mejillas acaloradas como un gatito acorralado. Incluso le mordió. El fauno le dio tiernas bofetadas advirtiéndole: "eso no vale, tramposo. No se debe morder en la lucha".
Siguieron riendo y peleando hasta que Unai quedó de nuevo en la posición del principio con Rheiki tendido de espaldas sobre la hierba. Sus respiraciones se oían agitadas por el juego. Fue entonces cuando Unai sintió como la vez anterior, el extremo de una carne húmeda y palpitante balancear y frotarse entre sus muslos. Supo enseguida que su macho estaba excitado y con su verga en erección, pero en esta ocasión comprobó algo más: sus entrañas de algún modo empezaron a lubricarse desde el interior, sentía un calor interno que produjo una mancha dulce y perfumada sobre su rosado y virginal agujero. Desplazó un poco sus caderas y la verga del fauno dejó un rastro de fluido pre seminal que resbaló por uno de sus muslos. Hizo como si no se hubiese dado cuenta de nada y actuó con normalidad.
- Y ahora, grandullón. te vas a quedar ahí tumbado mientras yo preparo la liebre que he cazado antes de llegar aquí. La voy a asar al fuego untada de manteca y hierbas aromáticas para que quede crujiente y sabrosa. ¿Te das cuenta... como además de un valiente soy capaz de cuidar de ti para que no pases hambre?
Tras el almuerzo y con los estómagos llenos, la temperatura de sus cuerpos descendió un poco y ambos buscaron cobijo en los brazos del otro. Unai ronroneaba como un garito sobre el pecho del fauno que lo estrechó con mimo y cariño.
Pasó apenas media hora cuando un ruido en la maleza sobresaltó al muchacho. Sin despertar a su amigo cogió el arco y las flechas y fue a ver de qué se trataba... A escasos metros lo que vio le heló la sangre ya que reconoció a su hermanastro enseguida.
- ¿Qué haces aquí, Belver?
- Ehhhhhhh tranquilo, chaval ¿Acaso no puedo hacerle una visita a mi hermanito?
- Estoy bien así, no necesito tu compañía ni tu ayuda.
- Ah no? pues ayer bien que llegaste a casa despavorido porque según tú te había atacado una manada de lobos. Fui yo quien se encargó de reunir y conducir el rebaño de vuelta a la granja.
- Vale, sí... gracias. Pero eso fue ayer. Hoy todo está bien, vuelve a casa. De verdad, quiero estar solo.
Belver le miró detenidamente de arriba a abajo y sonrió de manera maliciosa.
- Dime una cosa: ¿por qué estás tan acalorado y con las mejillas ardiendo? ¿Acaso te estabas "tocando" antes de que yo llegara?
- Hace un poco de calor.. Belver, ¿Quieres hacer el favor de marcharte y dejarme en paz?
- Yo diría que es "otro tipo de calor" el que te pone tan encendido ¿me equivoco?
Unai sintió que se le paraba el corazón.
- Qué mierda estás insinuando?
- Muy fácil: estás "en celo" y caliente como una perra. La otra noche cuando entraste en casa e hice referencia al olor que despedías no era sólo porque hubieras rozado la marca territorial de algún Alfa sino por "tu propio olor". ¿No te has dado cuenta de eso? a tus dieciséis años tu cuerpo emite una fragancia dulce y aromática que excita a un macho. Eso es lo que sucede, imbécil. Ya lo he hablado con mi padre y amigos, y estamos de acuerdo en este tema. Estás en celo como una hembra fértil, no hay más que verte... tienes revolucionada a toda la granja, chaval.
- ¿Estás de broma o pretendes ofenderme?
Belver soltó una carcajada y se arrancó la túnica que lo cubría.
- ¿Te parece una broma esto? - dijo mostrando su verga en potente erección apuntando como una flecha en dirección al muchacho.
Unai reaccionó instintivamente ante la amenaza. Cogió el arco y tensó la cuerda en dirección a su hermanastro.
- Cállate, maldito seas! como te atrevas a dar un solo paso te atravieso la garganta. Te juro que hablo en serio.
Belver quiso decir algo pero el zumbido de una flecha le pasó cerca de la mejilla hiriéndolo.
- La próxima, te aseguro que doy en el blanco.
La erección paró en seco dando paso a que Belver se orinarse de miedo. Qué ridículo chorro de líquido en comparación con la potente y perfumada meada que sueltan las vergas de mis amigos Alfas, pensó Unai.
De repente, como un remolino surgido de la nada lanzó a Belver a unos cuantos metros de distancia. Casi todo el mundo sabe que despertar a un fauno de su siesta es arriesgarse a ser víctima de su ira y furia. Un fauno es la encarnación del dios PAN, el Señor de los bosques y la fertilidad, y quien ose molestarlo entrará en un estado de PÁNico y locura transitoria que recordará toda su vida. Eso fue lo que le sucedió a Belver... en medio de la confusión empezó a tener visiones espeluznantes de seres gigantescos, criaturas amenazantes y sonidos escalofriantes. Presa de PÁnico y horror, huyó despavorido colina abajo dando alaridos.
- Este imbécil no sabía que no se debe molestar a un fauno cuando duerme plácidamente su siesta. Pero yo sí. Tomó a su buen amigo de la mano y depositó en ella un dulce beso para calmarlo.