04-20-2017, 11:00 PM
Las alabanzas del segundo al mando servían como combustible, no para su ego, sino para esa sensación sin igual de estar haciendo algo bien: cuidar de su amado. Gracias a ese impulso, el fauno continuo dibujando lineas tribales en el vientre y pecho del omega, presionando fuertemente de vez en cuando ombligo y costillas para robarle sonrisas encandeladas al chico que no paraba de entrelazar sus piernas tímidamente. Si, escucharon bien; el ya desvirgado y despreocupado nórdico vuelve a sus raíces castas, pero no es por menor motivo. El emisario de Pan, en toda su gloria desnuda actúa igual. Con delicadeza sus callosas manos recorren la sedosa epidermis del chico, desde orejas hasta pies, demorándose unos segundos de más en las caderas que pronto se ensancharan para acomodar a una fuerte criatura. He ahí la razón de todo. La gruta no acogerá a dos machos cogiendo como bestias. Esta sera testigo de dos futuros padres, uniendo sus almas con su precioso no nacido compartiendo el calor entre ellos.
Rheiki besa desesperado el abdomen de su par eterno*, no atreviéndose a bajar o subir de esa posición. Con regocijo escucha a su omega reteniendo carcajadas por las cosquillas producidas, acariciando sus adornados cuernos en una manera indescifrable. Los esta tomando para domar a su macho? O solo los acaricia para reverenciar su símbolo de virilidad? La respuesta no importa de todas formas. El momento es muy especial para distraerse en banalidades.
Cuando el cornudo por fin levanta la mirada, sus ojos capturan a los de Unai, logrando una conversación exquisita que ningún otro presente podría haber descubierto. Un dialogo de virtudes silenciosas y gritos a los cuatro vientos. La sequía del desierto besando el frió latente de la tundra. Simplemente, dos opuestos chocando en la sincronía más imperfecta y el caos mejor orquestado.
¡Solo visualizalo por un minuto! Hace menos de un mes, el emisario de Pan desconocía el propósito de su creador. Corriendo feliz entre amigos, desperdiciaba su pestilente orina en arboles sin nombre, su esperma en la nada de la noche, su corazón en la soledad del camino. Por su lado, Unai desconocía la fiebre de la que su cuerpo era capaz. Dulces jugos naturales de su útero desperdiciados en noches donde solo un hermanastro lo deseaba. Muestras de afecto vetadas dentro de su propio hogar. Ahora todo es diferente. Ahora, estos dos se aseguraran de que su hijo (o hijos, quien sabe?), tenga el mejor futuro posible entre extremos y equilibrio.
Oh. Adivinad. Mientras este humilde autor les narraba las posibilidades, los enamorados volvieron al presente. Rheiki deja caer de su boca una larga linea de cálida saliva, alimentando a su príncipe. Posteriormente, el alfa bebe el sudor en el cuello del otro, bajando tortuosamente lento por su pecho, pellizcando y lamiendo pezones erectos.
- Ya quiero que llegue el ultimo mes de gestación omega mio. Acariciar tu hermoso vientre y beber de tu leche. *gruñido*. No importa donde estemos, tu instinto te obligara ir al bosque donde soy Rey. Todo mar de arboles que encuentres en la región estará dispuesto a abrir sus puertas para ti. Crearas un nido, marcando troncos y hojas con tu dulce aroma para llamarme. Ahí estaré, y a pesar de mi poder, no entrare en ese nido a menos que me des tu bendición. Créeme Unai si te digo, que cuando un omega deja a su alfa penetrar en su nido, solo fortuna y felicidad se ven en la distancia. Para mi seria un honor que me aceptaras, y poder sostenerte cuando nuestro hijo salude al mundo - El tono que uso Rheiki fue diferente a toda variante que haya pronunciado antes. La solemnidad y lagrimas tras este hicieron que su cabrito se inclinara al instante, resplandeciente, fundiéndose en un beso con su dueño.
Hambriento el cornudo lo acepto, inclinando de nuevo al sumiso. En las termales aguas limpio sus manos, abriendo las piernas de Unai para admirar la vista de un oloroso culito rosado sufriendo espasmos y lubricación. En menos de cinco minutos nuestro fauno paso de tener uno a tres dedos insertados en la húmeda cavidad, abriéndolos y cerrándolos como si de tijeras se tratase.
Momentos después, era la hora. A paso lento, la verga del macho cabrio se abrió paso por las entrañas de Unai, robandole frases que solo alguien asexual puede escuchar sin sentir calor acumulándose en su cuello:
...
(Planeaba completar la escena por mi cuenta omega mio, pero en realidad necesito escuchar lo que tienes que decir, ofrecerte interacción. Después de que esta noche pase vendrá una grata sorpresa para la pareja. Espero que esto te guste y no lo sientas incompleto) :(
Rheiki besa desesperado el abdomen de su par eterno*, no atreviéndose a bajar o subir de esa posición. Con regocijo escucha a su omega reteniendo carcajadas por las cosquillas producidas, acariciando sus adornados cuernos en una manera indescifrable. Los esta tomando para domar a su macho? O solo los acaricia para reverenciar su símbolo de virilidad? La respuesta no importa de todas formas. El momento es muy especial para distraerse en banalidades.
Cuando el cornudo por fin levanta la mirada, sus ojos capturan a los de Unai, logrando una conversación exquisita que ningún otro presente podría haber descubierto. Un dialogo de virtudes silenciosas y gritos a los cuatro vientos. La sequía del desierto besando el frió latente de la tundra. Simplemente, dos opuestos chocando en la sincronía más imperfecta y el caos mejor orquestado.
¡Solo visualizalo por un minuto! Hace menos de un mes, el emisario de Pan desconocía el propósito de su creador. Corriendo feliz entre amigos, desperdiciaba su pestilente orina en arboles sin nombre, su esperma en la nada de la noche, su corazón en la soledad del camino. Por su lado, Unai desconocía la fiebre de la que su cuerpo era capaz. Dulces jugos naturales de su útero desperdiciados en noches donde solo un hermanastro lo deseaba. Muestras de afecto vetadas dentro de su propio hogar. Ahora todo es diferente. Ahora, estos dos se aseguraran de que su hijo (o hijos, quien sabe?), tenga el mejor futuro posible entre extremos y equilibrio.
Oh. Adivinad. Mientras este humilde autor les narraba las posibilidades, los enamorados volvieron al presente. Rheiki deja caer de su boca una larga linea de cálida saliva, alimentando a su príncipe. Posteriormente, el alfa bebe el sudor en el cuello del otro, bajando tortuosamente lento por su pecho, pellizcando y lamiendo pezones erectos.
- Ya quiero que llegue el ultimo mes de gestación omega mio. Acariciar tu hermoso vientre y beber de tu leche. *gruñido*. No importa donde estemos, tu instinto te obligara ir al bosque donde soy Rey. Todo mar de arboles que encuentres en la región estará dispuesto a abrir sus puertas para ti. Crearas un nido, marcando troncos y hojas con tu dulce aroma para llamarme. Ahí estaré, y a pesar de mi poder, no entrare en ese nido a menos que me des tu bendición. Créeme Unai si te digo, que cuando un omega deja a su alfa penetrar en su nido, solo fortuna y felicidad se ven en la distancia. Para mi seria un honor que me aceptaras, y poder sostenerte cuando nuestro hijo salude al mundo - El tono que uso Rheiki fue diferente a toda variante que haya pronunciado antes. La solemnidad y lagrimas tras este hicieron que su cabrito se inclinara al instante, resplandeciente, fundiéndose en un beso con su dueño.
Hambriento el cornudo lo acepto, inclinando de nuevo al sumiso. En las termales aguas limpio sus manos, abriendo las piernas de Unai para admirar la vista de un oloroso culito rosado sufriendo espasmos y lubricación. En menos de cinco minutos nuestro fauno paso de tener uno a tres dedos insertados en la húmeda cavidad, abriéndolos y cerrándolos como si de tijeras se tratase.
Momentos después, era la hora. A paso lento, la verga del macho cabrio se abrió paso por las entrañas de Unai, robandole frases que solo alguien asexual puede escuchar sin sentir calor acumulándose en su cuello:
...
(Planeaba completar la escena por mi cuenta omega mio, pero en realidad necesito escuchar lo que tienes que decir, ofrecerte interacción. Después de que esta noche pase vendrá una grata sorpresa para la pareja. Espero que esto te guste y no lo sientas incompleto) :(