04-29-2017, 03:34 PM
(Me disculpo por la demora colega. Espero estés bien. No encontré como avanzar en cuanto a los aspectos mágicos, así que eso te lo cedo a ti y a tu fantástica imaginación) :D
El encuentro de su colega licantropa con el devorador sexual paso inadvertido para el alfa líder, quien incluso en recorrido onírico, sostenía firmemente el trasero de su omega con orgullo y admiración. Entre murmullos y gruñidos inconscientes, manos fuertes de fauno apretaban y acariciaban el camino prohibido de vellos, desbordante en una bella cola de cabro sumiso, cuyo lado inferior esta empapado en fluidos de carrier en celo. Semen hirviente aun brota de las nalgas de Unai, escondidas bajo pieles y sabanas con una agradable sensación de quemazón. Sin notarlo, sus cuernos crecen a un ritmo acelerado, retando en silencio la majestuosa cornamenta de su seeder. En sus entrañas, procesos invisibles al ojo de toda criatura tenían lugar paralelamente, resultando en un éxtasis mudo cual pluma besando el piso tras su caída.
Oh queridos espectadores, ocultos tras el mar de códigos. De haber estado ahí, hubierais derramado vuestras potentes semillas sobre las paredes de roca protectoras de la manada. Mientras un soldado triunfo en el útero del chico, ya tomando una hermosa forma de criatura libre, el resto de espermatozoides plantados por el cornudo desafían a la naturaleza. Si, todos sabemos, que por ley natural estos portadores de vida desfallecen al no fecundar, pero no los de Rheiki.
No fieles seguidores. El esperma salvaje del fauno continua vivo, arrasando con el interior del dulce pastorcillo, modificando su anatomía y ser. Aunque imperceptible durante el día, los invasores marcan la sangre de Unai, su útero, su piel, su cerebro, todo en un proceso similar a una metamorfosis. Liberando un gemido suave, el omega experimenta un orgasmo, apretando sus brazos al cuello de su salvador. Copiosas cantidades de salado lubricante escapan a su rosado orificio, creando una nube de gas espeso bajo los cobertores.
Al tiempo que esto sucede, el dominante sueña. De nuevo sus pezuñas tocan praderas y campos abiertos, persiguiendo a una figura de cabellera carmesí. La diferencia, es que la figura si tiene cara esta vez, descubriendola con una sonrisa al ser tumbada sobre el césped. Los amantes se besan apasionadamente antes de que la mente de Rheiki cambie el escenario. Bajo un arco de orquídeas y amapolas, yace su cabrito, con una panzita de cinco meses de embarazo, sonriente y radiante con todos sus amigos celebrando.
Es acaso una boda? No. Un ritual de unión, mas significante que el matrimonio; eso es lo que es.
El sueño es perfecto, hasta que el flautista despierta abruptamente ante la suplica de brillantes orbes azules. Unai lo besa con necesidad. Esta en celo, de nuevo. Rheiki devuelve el beso con mordidas. Esta en frenesí, de nuevo.
La rutina de lenguas danzantes se repite, hasta que el emisario de Pan destaca una gota de leche que brota de las tetillas del adolescente. Pupilas dilatadas y boca hambrienta presagian lo que pasara en momentos, cuando el macho se lanza sobre los pezones de su amado y libera la presión causada por leche recién formada. - Mi cabrito precioso, nunca dejas de sorprenderme -
La succión evoca mil sensaciones en el omega, quien se retuerce en placer, masturbando a su alfa. Al final, minutos antes de que Maya volviera con las noticias, la pareja libera sus semillas, masajeando al otro con estas para que el aroma perdure. - Ese es mi chico -
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Con mucha seriedad expuso la mujer lobo la idea de Shebeel-Li a su líder, quien desnudo junto a su carrier la escucho. Su larga verga goteaba semen, pero la hembra de carácter dominante no se mostró fastidiada. En cambio, esta le regalo a Unai una breve sonrisa en camaradería al notar que el fauno no paraba de marcarlo. El chico se enrojeció feliz, pero volviendo al presente, escuchaba con dudas la propuesta que la bestia roja había dado a conocer.
- Te agradezco el estar tan pendiente Maya. Debo admitir que en mi felicidad, he disminuido un poco mi atención - Dijo el cornudo, posando su mano en el hombro de la mujer.
- No pasa nada Rheiki. Solo necesito saber que opción tomaras. ¿Te arriesgaras a una pelea con los rebeldes? -
- No, no. Por más que me gustaría romper sus cráneos y hacerle el amor a mi hermoso Unai frente a su padre, debemos tomar la ruta inteligente. Eso si, confiare en tus instintos para que mantengas un ojo sobre ese tal Shebeel-Li, de acuerdo? -
Maya asintió con asertividad de guerrera, procediendo a despertar la manada e informarlos de lo que se avecina.
.....
El encuentro de su colega licantropa con el devorador sexual paso inadvertido para el alfa líder, quien incluso en recorrido onírico, sostenía firmemente el trasero de su omega con orgullo y admiración. Entre murmullos y gruñidos inconscientes, manos fuertes de fauno apretaban y acariciaban el camino prohibido de vellos, desbordante en una bella cola de cabro sumiso, cuyo lado inferior esta empapado en fluidos de carrier en celo. Semen hirviente aun brota de las nalgas de Unai, escondidas bajo pieles y sabanas con una agradable sensación de quemazón. Sin notarlo, sus cuernos crecen a un ritmo acelerado, retando en silencio la majestuosa cornamenta de su seeder. En sus entrañas, procesos invisibles al ojo de toda criatura tenían lugar paralelamente, resultando en un éxtasis mudo cual pluma besando el piso tras su caída.
Oh queridos espectadores, ocultos tras el mar de códigos. De haber estado ahí, hubierais derramado vuestras potentes semillas sobre las paredes de roca protectoras de la manada. Mientras un soldado triunfo en el útero del chico, ya tomando una hermosa forma de criatura libre, el resto de espermatozoides plantados por el cornudo desafían a la naturaleza. Si, todos sabemos, que por ley natural estos portadores de vida desfallecen al no fecundar, pero no los de Rheiki.
No fieles seguidores. El esperma salvaje del fauno continua vivo, arrasando con el interior del dulce pastorcillo, modificando su anatomía y ser. Aunque imperceptible durante el día, los invasores marcan la sangre de Unai, su útero, su piel, su cerebro, todo en un proceso similar a una metamorfosis. Liberando un gemido suave, el omega experimenta un orgasmo, apretando sus brazos al cuello de su salvador. Copiosas cantidades de salado lubricante escapan a su rosado orificio, creando una nube de gas espeso bajo los cobertores.
Al tiempo que esto sucede, el dominante sueña. De nuevo sus pezuñas tocan praderas y campos abiertos, persiguiendo a una figura de cabellera carmesí. La diferencia, es que la figura si tiene cara esta vez, descubriendola con una sonrisa al ser tumbada sobre el césped. Los amantes se besan apasionadamente antes de que la mente de Rheiki cambie el escenario. Bajo un arco de orquídeas y amapolas, yace su cabrito, con una panzita de cinco meses de embarazo, sonriente y radiante con todos sus amigos celebrando.
Es acaso una boda? No. Un ritual de unión, mas significante que el matrimonio; eso es lo que es.
El sueño es perfecto, hasta que el flautista despierta abruptamente ante la suplica de brillantes orbes azules. Unai lo besa con necesidad. Esta en celo, de nuevo. Rheiki devuelve el beso con mordidas. Esta en frenesí, de nuevo.
La rutina de lenguas danzantes se repite, hasta que el emisario de Pan destaca una gota de leche que brota de las tetillas del adolescente. Pupilas dilatadas y boca hambrienta presagian lo que pasara en momentos, cuando el macho se lanza sobre los pezones de su amado y libera la presión causada por leche recién formada. - Mi cabrito precioso, nunca dejas de sorprenderme -
La succión evoca mil sensaciones en el omega, quien se retuerce en placer, masturbando a su alfa. Al final, minutos antes de que Maya volviera con las noticias, la pareja libera sus semillas, masajeando al otro con estas para que el aroma perdure. - Ese es mi chico -
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Con mucha seriedad expuso la mujer lobo la idea de Shebeel-Li a su líder, quien desnudo junto a su carrier la escucho. Su larga verga goteaba semen, pero la hembra de carácter dominante no se mostró fastidiada. En cambio, esta le regalo a Unai una breve sonrisa en camaradería al notar que el fauno no paraba de marcarlo. El chico se enrojeció feliz, pero volviendo al presente, escuchaba con dudas la propuesta que la bestia roja había dado a conocer.
- Te agradezco el estar tan pendiente Maya. Debo admitir que en mi felicidad, he disminuido un poco mi atención - Dijo el cornudo, posando su mano en el hombro de la mujer.
- No pasa nada Rheiki. Solo necesito saber que opción tomaras. ¿Te arriesgaras a una pelea con los rebeldes? -
- No, no. Por más que me gustaría romper sus cráneos y hacerle el amor a mi hermoso Unai frente a su padre, debemos tomar la ruta inteligente. Eso si, confiare en tus instintos para que mantengas un ojo sobre ese tal Shebeel-Li, de acuerdo? -
Maya asintió con asertividad de guerrera, procediendo a despertar la manada e informarlos de lo que se avecina.
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