(Estaría muy bien que tu amigo te dibujase como fauno, yo intentaré hacer lo mismo con Unai a medida que vayamos avanzando en nuestra relación)
El muchacho se retorcía de placer cuando su amante lamió su cuello y estimuló sus rosados pezones. Estos botones carnosos en su torso masculino eran una un red eléctrica que al ser acariciados conectaban todas las zonas erógenas de su cuerpo predisponiéndolas para el placer. Suspiró de gozo cuando el amante engulló su pene erecto y babeante.. lo retiró justo a tiempo antes de eyacular y tener su primer orgasmo. Unai, era multiorgásmico. Lo supo desde que a los doce empezó a "tocarse" e inspeccionar sus partes íntimas. Llevó su pene lánguido pero aún desprendiendo semen hacia su estrecho y virginal agujero para lubricar aquel pequeño y rosado anillo entre sus nalgas con su propio esperma. Gimió de placer y deseo... sintió la necesidad imperiosa de ser penetrado por su macho Alfa, ardía de ganas de sentir a su amante dentro de su cuerpo para fundirse en cuerpo y alma con él, con el ser que le había conquistado y al que más amaba en la tierra.
Abrió sus muslos y colocó sus piernas en los hombros del fauno quien no paraba de soltar abundante fluido pre seminal de su húmeda y palpitante verga. Unai, escuchaba la respiración ansiosa del macho cabrío deseando penetrarlo y fecundarlo.
-Rheiki, mi amor, te deseo desesperadamente... quiero acogerte en mis entrañas y sentir tu virilidad formar parte de la mía.
La furiosa verga del fauno resbalaba entre las nalgas del chico en su intento desesperado por entrar en su carne y fundirse con el omega en celo. Unai agarró aquel grueso cilindro y lo condujo a su virginal agujero, gozó durante unos instantes con su sedoso tacto y con el calor que irradiaba aquella punta carnosa y dura. A continuación, introdujo primero su pene en su agujero para dilatar un poco el anillo de su zona más sensible, lo lubricó una vez más con su esperma y comenzó a hundir en su carne, poco a poco, el glande de aquella hermosa verga por primera vez en su carne. Gritó cuando fue desvirgado, cuando el macho cabrío fue haciendo un molde exacto y ajustado como un guante en aquella carne virginal y temblorosa. El fauno mordió el cuello del muchacho para desviar el dolor de su zona íntima y permitir la dilatación necesaria... tras el dolor inicial que hizo arder las entrañas del sumiso, unai comenzó a sentir un placer inmenso cuando su joven próstata fue estimulada por primera vez. Dirigió sus brazos hacia su amante, estaba ardiente y tembloroso....
- Ven, ven, mi amor... bésame, necesito que me beses y beber de tus labios.
El Macho comenzó a coger a su chico con más fuerza y ritmo siguiendo su instinto animal, gozando en cada una de sus embestidas, dominando, poseyendo aquel cuerpo que a partir de ahora iba a ser de su única propiedad.
- Mmmmmmmmmmm, me haces disfrutar tanto, Rheiki! soy tan feliz mi amor por sentirme unido a ti de este modo, tu verga me hace sentir tan delicioso!
El muchacho no tardó en alcanzar su segundo orgasmo y eyacular, pero el fauno notó que su chico "ahora" estaba lo suficientemente "receptivo" para recibir su semilla. Tomó a Unai y lo colocó a cuatro patas y le obligó a arquear la espalda para que le ofreciese su dilatado agujero. Le mordió suavemente en el cuello con el fin de que abriese aún más su carnoso y apetitoso culo y le permitiese de ese modo una penetración más profunda. En efecto, Unai gimió profundamente cuando la potente verga del macho cabrío se hundió por completo en sus entrañas. En esa posición, las embestidas eran más brutales pero también más placenteras.. Rheiki se apretó contra la espalda de su omega buscando el máximo contacto, piel con piel, sus caderas moviéndose rítmicamente gozando con lo apretado y dulce que era aquel virginal agujero desflorado únicamente por él y para él. Las contracciones y palpitaciones que producían las entrañas del chico, aumentaban aún más el placer del fauno.
- Mi amor, me estás matando de gusto ¿qué tiene tu verga para darme ese placer tan rico?.. cógeme, fóllame con fuerza te lo suplico- exclamó Unai en su delirio sexual.
Fue entonces cuando la verga del macho profundizó en las ardientes entrañas del omega y descubrió una zona más ardiente y estrecha, más caliente y apetitosa: el cuello del útero que ansiaba recibir la semilla y ser fecundado. Unai no podía resistir el dolor y el intenso placer que se mezclaban como el agua y la sal en un océano inmenso a punto de engullirlo y sumergirlo en un orgasmo intenso y brutal.
El sumiso gritaba, lloraba, rogaba, le suplicaba a su macho que lo inseminara...
- Por favor, por favor... lo necesito tanto!
El muchacho se retorcía de placer cuando su amante lamió su cuello y estimuló sus rosados pezones. Estos botones carnosos en su torso masculino eran una un red eléctrica que al ser acariciados conectaban todas las zonas erógenas de su cuerpo predisponiéndolas para el placer. Suspiró de gozo cuando el amante engulló su pene erecto y babeante.. lo retiró justo a tiempo antes de eyacular y tener su primer orgasmo. Unai, era multiorgásmico. Lo supo desde que a los doce empezó a "tocarse" e inspeccionar sus partes íntimas. Llevó su pene lánguido pero aún desprendiendo semen hacia su estrecho y virginal agujero para lubricar aquel pequeño y rosado anillo entre sus nalgas con su propio esperma. Gimió de placer y deseo... sintió la necesidad imperiosa de ser penetrado por su macho Alfa, ardía de ganas de sentir a su amante dentro de su cuerpo para fundirse en cuerpo y alma con él, con el ser que le había conquistado y al que más amaba en la tierra.
Abrió sus muslos y colocó sus piernas en los hombros del fauno quien no paraba de soltar abundante fluido pre seminal de su húmeda y palpitante verga. Unai, escuchaba la respiración ansiosa del macho cabrío deseando penetrarlo y fecundarlo.
-Rheiki, mi amor, te deseo desesperadamente... quiero acogerte en mis entrañas y sentir tu virilidad formar parte de la mía.
La furiosa verga del fauno resbalaba entre las nalgas del chico en su intento desesperado por entrar en su carne y fundirse con el omega en celo. Unai agarró aquel grueso cilindro y lo condujo a su virginal agujero, gozó durante unos instantes con su sedoso tacto y con el calor que irradiaba aquella punta carnosa y dura. A continuación, introdujo primero su pene en su agujero para dilatar un poco el anillo de su zona más sensible, lo lubricó una vez más con su esperma y comenzó a hundir en su carne, poco a poco, el glande de aquella hermosa verga por primera vez en su carne. Gritó cuando fue desvirgado, cuando el macho cabrío fue haciendo un molde exacto y ajustado como un guante en aquella carne virginal y temblorosa. El fauno mordió el cuello del muchacho para desviar el dolor de su zona íntima y permitir la dilatación necesaria... tras el dolor inicial que hizo arder las entrañas del sumiso, unai comenzó a sentir un placer inmenso cuando su joven próstata fue estimulada por primera vez. Dirigió sus brazos hacia su amante, estaba ardiente y tembloroso....
- Ven, ven, mi amor... bésame, necesito que me beses y beber de tus labios.
El Macho comenzó a coger a su chico con más fuerza y ritmo siguiendo su instinto animal, gozando en cada una de sus embestidas, dominando, poseyendo aquel cuerpo que a partir de ahora iba a ser de su única propiedad.
- Mmmmmmmmmmm, me haces disfrutar tanto, Rheiki! soy tan feliz mi amor por sentirme unido a ti de este modo, tu verga me hace sentir tan delicioso!
El muchacho no tardó en alcanzar su segundo orgasmo y eyacular, pero el fauno notó que su chico "ahora" estaba lo suficientemente "receptivo" para recibir su semilla. Tomó a Unai y lo colocó a cuatro patas y le obligó a arquear la espalda para que le ofreciese su dilatado agujero. Le mordió suavemente en el cuello con el fin de que abriese aún más su carnoso y apetitoso culo y le permitiese de ese modo una penetración más profunda. En efecto, Unai gimió profundamente cuando la potente verga del macho cabrío se hundió por completo en sus entrañas. En esa posición, las embestidas eran más brutales pero también más placenteras.. Rheiki se apretó contra la espalda de su omega buscando el máximo contacto, piel con piel, sus caderas moviéndose rítmicamente gozando con lo apretado y dulce que era aquel virginal agujero desflorado únicamente por él y para él. Las contracciones y palpitaciones que producían las entrañas del chico, aumentaban aún más el placer del fauno.
- Mi amor, me estás matando de gusto ¿qué tiene tu verga para darme ese placer tan rico?.. cógeme, fóllame con fuerza te lo suplico- exclamó Unai en su delirio sexual.
Fue entonces cuando la verga del macho profundizó en las ardientes entrañas del omega y descubrió una zona más ardiente y estrecha, más caliente y apetitosa: el cuello del útero que ansiaba recibir la semilla y ser fecundado. Unai no podía resistir el dolor y el intenso placer que se mezclaban como el agua y la sal en un océano inmenso a punto de engullirlo y sumergirlo en un orgasmo intenso y brutal.
El sumiso gritaba, lloraba, rogaba, le suplicaba a su macho que lo inseminara...
- Por favor, por favor... lo necesito tanto!